Narrativa Breve

На нашем литературном портале можно бесплатно читать книгу Narrativa Breve, Tolstoi Leon-- . Жанр: Русская классическая проза. Онлайн библиотека дает возможность прочитать весь текст и даже без регистрации и СМС подтверждения на нашем литературном портале bazaknig.info.
Narrativa Breve
Название: Narrativa Breve
Автор: Tolstoi Leon
Дата добавления: 16 январь 2020
Количество просмотров: 463
Читать онлайн

Narrativa Breve читать книгу онлайн

Narrativa Breve - читать бесплатно онлайн , автор Tolstoi Leon

Si atendemos a su origen, resulta indudable que Tolstoi se margin? de un posible destino prefigurado: de familia noble y rica proveniente de Alemania, y con enormes posesiones, seguramente Tolstoi hubiera sido un conde m?s, con haza?as militares que narrar, pero sin dejar nada importante para la Humanidad. Pero su fuerte vocaci?n de escritor, unida a un misticismo religioso que con los a?os se ahond?, produjeron un literato considerado como la cumbre de la narrativa rusa, junto con Dostoievski.

Внимание! Книга может содержать контент только для совершеннолетних. Для несовершеннолетних чтение данного контента СТРОГО ЗАПРЕЩЕНО! Если в книге присутствует наличие пропаганды ЛГБТ и другого, запрещенного контента - просьба написать на почту [email protected] для удаления материала

1 ... 69 70 71 72 73 74 75 76 77 ... 206 ВПЕРЕД
Перейти на страницу:

Aquel invierno, simultáneamente, había estado enamorada de los jóvenes, y se ponía colorada y agitada no sólo cuando entraban en la habitación, sino cuando pronunciaban su nombre. Pero luego, cuando su madre le hizo ver que Irténev parecía venir con intenciones serias, su amor hacia este último aumentó hasta el punto de mostrar una indiferencia casi completa hacia los otros dos; y cuando Irténev empezó a frecuentar su casa, sus bailes y veladas, y bailaba con ella más que con ninguna otra con l único deseo, a ¡juzgar por todo, de saber si era correspondido, su amor se hizo casi morboso; soñaba con él dormida y despierta, y todos los demás desaparecieron para ella. Cuando pidió su mano y les dieron la bendición, cuando se besaron como novio y novia, no tuvo otras ideas que las de él, otros deseos que los de él; quería estar con él para amar y ser amada. Estaba orgullosa de él, se enternecía pensando en su amor y se derretía de amor a él. En cuanto a Evgueni, no esperaba encontrar este amor, que incrementaba todavía más sus propios sentimientos.

VI

Muy cerca ya la primavera, llegó a Semiónovskoe con el propósito de dar una vuelta y tomar sus disposiciones en relación con la finca; quería ver, sobre todo, cómo marchaba el arreglo de la casa con vistas a la boda.

María Pávlovna no estaba contenta con la elección se su hijo, pero sólo porque no era un partido tan brillante como hubiera podido serlo y porque Varvara Alexéievna, la futura consuegra, no le agradaba. No sabía ni podía afirmar si era buena o mala, porque desde el primer momento vio que no era una mujer comme il faut, una lady, según María Pávlovna se decía, y esto la disgustaba. Estimaba este decoro por costumbre, sabía que Evgueni era muy sensible al particular y preveía que ello iba a dar lugar a muchos contratiempos. En cuanto a la muchacha, le agradaba, principalmente porque agradaba a Evgueni. Tendría que quererla.

Y María Pávlovna estaba dispuesta a quererla sinceramente.

Evgueni encontró a su madre alegre y contenta. Estaba haciendo grandes reformas en la casa y tenía el propósito de irse en cuanto él trajese a su joven esposa. Evgueni insistió en que se quedara y la cuestión quedó en el aire. Aquella tarde, según su costumbre, después del té María Pávlovna se puso a hacer solitarios. Evgueni la ayudaba. Era el momento de las conversaciones más intimas. Después de terminar un solitario y sin empezar otro, María Pávlovna miró a Evgueni y, un tanto vacilante, empezó así:

.Quería decirte una cosa, Zhenia. No sé nada, se comprende, pero en general, querría aconsejarte que antes de la boda pongas fin por completo a todos tus asuntos de soltero, para que luego no haya nada que pueda preocuparte ni, Dios nos libre, preocupar a tu mujer. ¿Me comprendes?

En efecto, Evgueni comprendió al momento que María Pávlovna aludía a sus relaciones con Stepanida, que habían cesado aquel otoño y a las que ella, como todas las mujeres solitarias, atribuían mucha más importancia de la que en realidad tenían. Evgueni se puso colorado, y no tanto e vergüenza como de disgusto de que la buena María Pávlovna se inmiscuyera, cierto que movida por su cariño, en cosas que no comprendía ni podía comprender. Dijo que no tenía nada que debería ocultar y que siempre había procedido en tal modo que nada pudiera ser un obstáculo para su boda.

.Magnífico, amigo. No te enfades conmigo –dijo María Pávlovna turbada.

Pero Evgueni vio que no había terminado y no había dicho lo que quería. Así resultó en efecto. Poco después pasó a contar que en su ausencia le habían pedido que fuese madrina de un niño de… los Péchnikov.

Ahora Evgueni enrojeció, pero no movido por el enojo o la vergüenza, sino por un extraño sentimiento de que lo que ahora le iban a decir era de gran importancia, ante la coincidencia de un razonamiento que en su fuero interno se había producido al margen por completo de su voluntad. Así resultó. María Pávlovna, como si no tuviese otro tema de conversación, dijo que aquel año sólo nacían niños; se veía que iba a haber una guerra. Los Vasin habían tenido un hijo, y también la joven de los Péchnikov. María Pávlovna quiso decir esto como de pasada, pero ella misma se sintió abochornada al ver cómo se teñía de rojo la cara de su hijo, su nerviosismo al ponerse los lentes y sus prisas al encender el cigarrillo. Sequedó callada. Él también calló, sin discurrir la manera de poner fin al silencio. Los dos se daban cuenta de haberse comprendido.

.Lo principal es que en la aldea reine la justicia, que no haya favoritos, como en tiempos de tu tío.

.Mamá –dijo de pronto Evgueni, .sé a qué se refiere. No tiene motivos para inquietarse. Mi futura vida familia es para mí un santuario que no profanaré en ningún caso. Y lo que pudiera haber en mi vida de soltero ha acabado por completo. Nunca adquirí compromiso alguno con nadie, y nadie tiene sobre mí el menor derecho.

.Lo celebro –dijo la madre. –Conozco tus nobles ideas.

Evgueni tomó esas palabras de su madre como un merecido tributo a su persona y no dijo más.

A la mañana siguiente se dirigió a la ciudad con el pensamiento puesto en su prometida, en cualquier cosa que no fuese Stepanida. Pero como a propio intento, al acercarse a la iglesia, se tropezó con gente que entraba y salía del templo. Se encontró con el viejo Matvei, con Semión, con los chiquillos, unas mozas y dos mujeres casadas, una de cierta edad y la otra joven, muy engalanada, con un pañuelo rojo vivo y que le pareció conocida. La mujer caminaba con paso ligero y animoso, llevando un niño en brazos. Al juntarse, la de más edad se detuvo y le hizo un saludo al viejo estilo; la joven, la del niño, se limitó a inclinar la cabeza, y por debajo de pañuelo brillaron unos ojos familiares que sonreían alegremente.

«Sí, es ella, pero todo ha terminado y no tengo para qué mirarla. Aunque el niño puede ser mío –pasó por su imaginación. –Pero no, es un absurdo. Su marido estuvo aquí, y ella iba a verle». Ni siquiera trató de echar cuentas. Lo que hizo fue para bien de su salud, siempre le había dado dinero y entre ellos dos no había, no podía ni debía haber ninguna otra relación.

No es que quisiese callar la voz de la conciencia, la conciencia no le decía nada en absoluto.

Y no volvió a acordarse de ella ni una sola vez después de la conversación con su madre y de aquel encuentro. Y ni una sola vez volvió a tropezarse con ella.

En la semana siguiente a la pascua de Pentecostés, Evgueni contrajo matrimonio en la ciudad y seguidamente, en compañía de su joven esposa, se trasladó a la aldea. La casa había sido renovada como de ordinario se hace para los recién casados. María Pávlovna se quería ir, pero Evgueni, y sobre todo Lisa, consiguieron que se quedara. Lo único que hizo fue trasladarse al pabellón contiguo.

Así empezó para Evgueni una nueva vida.

VII

El primer año de vida familiar le resultó difícil. Lo fue así porque los asuntos, que mal que bien había ido aplazando durante el noviazgo, ahora, después de la boda, se le vinieron todos encima.

1 ... 69 70 71 72 73 74 75 76 77 ... 206 ВПЕРЕД
Перейти на страницу:
Комментариев (0)
название