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La dadiva

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La dadiva
Название: La dadiva
Дата добавления: 15 январь 2020
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La dadiva - читать бесплатно онлайн , автор Набоков Владимир

El Berl?n de entreguerras, visto con los ojos altaneros y nost?lgicos de los emigrados rusos, forma un mundo huidizo y fantasmal, pero tambi?n una inagotable fuente fuente de insospechadas evidencias. Fiodor, el joven poeta protagonista, es seguramente, en alguna medida, el propio autor; pero tambi?n lo es el padre de Fiodor, entom?logo errabundo. ?Qui?n ignora la pasi?n por la entomolog?a de Nabokov, y su destino de perenne emigrado? La inolvidable descripci?n de una librer?a rusa en Berl?n se nos presenta como afectuoso testimonio de otra inmutable vocaci?n de Nabokov: su amor por la literatura rusa.

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»No cabe duda de que el autor ha estudiado a fondo, y a su modo con gran minuciosidad, el tema en cuestión; tampoco cabe duda de que su pluma tiene talento —algunas de las ideas que expresa y yuxtaposiciones de ideas son ciertamente perspicaces; pero a pesar de esto, su libro es repelente. Tratemos de examinar con calma esta impresión.

»Ha tomado una época determinada y elegido a uno de sus representantes. Pero, ¿ha asimilado el autor el concepto de "época"? No. Ante todo no se advierte en él ninguna conciencia de aquella clasificación del tiempo sin la cual la historia se convierte en una rotación arbitraria de puntos multicolores, en una especie de pintura impresionista con una figura que anda cabeza abajo contra un cielo verde que no existe en la naturaleza. Pero este método (que, por cierto, destruye cualquier valor erudito de la obra, pese a su jactanciosa erudición) no constituye la falta principal del autor. Su falta principal reside en el modo cómo describe a Chernyshevski.

»No tiene la menor importancia que Chernyshevski entendiera menos sobre cuestiones de poesía que un joven esteta de la actualidad. Carece de toda importancia que, en sur conceptos filosóficos, Chernyshevski permaneciera alejado de esas sutilezas trascendentales que gustan al señor Godunov-Cherdyntsev. Lo importante es que, cualesquiera que fuesen las opiniones de Chernyshevski sobre el arte y la ciencia, representaban el Weltanschauungde los hombres más progresistas de su época, y estaban además indisolublemente unidas al desarrollo de las ideas sociales, con su ardiente y beneficiosa fuerza activadora. Es en este aspecto, iluminado por esta única luz, que el sistema de pensamiento de Chernyshevski adquiere una significación que trasciende en grado superlativo el sentido de esos argumentos vacíos —sin ninguna conexión con la época de los años sesenta— que el señor Godunov-Cherdyntsev emplea al ridículizar con saña a su héroe.

»Pero no sólo se burla de su héroe: también se burla del lector. ¿Cómo calificar de otro modo el hecho de que entre las conocidas autoridades sobre Chernyshevski cite a una autoridad inexistente, a quien el autor pretende apelar? En cierto sentido sería posible, si no perdonar, al menos comprender científicamente la mofa de Chernyshevski, si el señor Godunov-Cherdyntsev fuera un apasionado partidario de aquellos a quienes Chernyshevski atacó. Al menos sería un punto de vista, y al leer el libro el lector haría un reajuste constante del enfoque parcial del autor, a fin de llegar de este modo a la verdad. Pero es una lástima que con el señor Godunov-Cherdyntsev no pueda hacerse ningún reajuste y su punto de vista esté "por doquier y en ninguna parte"; y no sólo esto, sino que en cuanto el lector, cuando empieza a descender por el curso de una frase, piensa que al fin ha llegado a un tranquilo meandro, a un ámbito de ideas que pueden ser contrarias a las de Chernyshevski pero al parecer comparte el autor —y, por tanto, pueden servir de base para el criterio y guía del lector—, el autor le da un capirotazo inesperado y derriba el apoyo imaginario, por lo que de nuevo vuelve a ignorar el bando en que milita el señor Godunov-Cherdyntsev en su campaña contra Chernyshevski —si está a favor de los partidarios del arte por el arte, o a favor del gobierno, o de otro enemigo de Chernyshevski a quien el lector no conoce. En cuanto a la burla a que somete a su héroe, el autor rebasa todos los límites. No hay detalle que desdeñe por demasiado repulsivo. Es probable que él replique que todos estos detalles se encuentran en el "Diario" del joven Chernyshevski; pero allí están en su lugar, en su propio ambiente, en la perspectiva y el orden correctos, entre muchos otros sentimientos e ideas que son mucho más valiosos. Pero el autor ha buscado y reunido precisamente éstos, como si alguien hubiera intentado reconstruir la imagen de una persona coleccionando sus pelos caídos, trozos de sus uñas y excreciones corporales.

»En otras palabras, el autor se mofa a lo largo de todo el libro de la personalidad de uno de los hijos más puros y valiosos de la Rusia liberal —y no digamos de los puntapiés con que recompensa a otros pensadores progresistas rusos, el respeto hacia los cuales es en nuestra conciencia una parte inmanente de su esencia histórica. En su libro, que se halla absolutamente fuera de la tradición humanitaria de la literatura rusa y, por tanto, fuera de la literatura en general, no hay falsedades auténticas (si exceptuamos al ficticio "Strannolyubski" ya mencionado, dos o tres detalles dudosos, y unos cuantos deslices de la pluma), pero la «verdad» que contiene es peor que la mentira más llena de prejuicios, porque semejante verdad está en contradicción directa con aquella verdad noble y casta (cuya ausencia despoja a la historia de aquello que el gran griego llamó tropotos) que es uno de los tesoros inalienables del pensamiento social ruso. En nuestros días, a Dios gracias, a los libros no se les quema en la hoguera, pero debo confesar que si aún existiera semejante costumbre, el libro del señor Godunov-Cherdyntsev podría considerarse con justicia el primer candidato para calentar una plaza pública.»

Después de esto Koncheyev expresó su opinión en la publicación literaria anual La Torre. Empezó dibujando la imagen de una huida durante una invasión o un terremoto, cuando la gente carga con todo lo que puede llevar y siempre hay alguien que acarrea el gran retrato enmarcado de un pariente olvidado hace tiempo. «Un retrato como éste (escribía Koncheyev) es para los intelectuales rusos la imagen de Chernyshevski, que los emigrados llevaron consigo al extranjero, espontánea pero casualmente, junto con otras cosas más útiles», y así es cómo Koncheyev explicaba la estupefacción causada por la aparición del libro de Fiodor Konstantinovich: «De repente alguien ha confiscado el retrato.» Más adelante, después de acabar de una vez por todas con las consideraciones de naturaleza ideológica y de embarcarse en un examen del libro como obra de arte, Koncheyev empezaba a elogiarlo de tal modo que, mientras leía la crítica, Fiodor sentía que se formaba en torno a su rostro una cadente aureola y que circulaba mercurio por sus venas. El artículo terminaba así: «¡Ay! Entre los emigrados será difícil hallar a una docena de personas capaces de apreciar el fuego y la fascinación de esta composición de fabuloso ingenio; y hasta sostendría que en la Rusia de hoy no encontraríamos ni siquiera a una que lo apreciase, si no me hubiese enterado de la existencia de dos personas, una de las cuales vive en la margen norte del Neva y la otra, en el remoto destierro siberiano.»

El órgano monárquico El Tronodedicó a La vida de Chernyshevski unas pocas líneas, en las cuales señalaba que cualquier valor que pudiera contener el desenmascaramiento de «uno de los mentores ideológicos del bolchevismo» quedaba completamente anulado por «el barato liberalismo del autor, que se pone del lado de su infortunado pero pernicioso héroe en cuanto el paciente zar de Rusia le ha confinado en lugar seguro... Y en general —añadía el crítico, Piotr Levchenko—, ya es hora de que deje de escribirse sobre las supuestas crueldades del "régimen zarista" en relación con las "almas puras" que no interesan a nadie. La francmasonería roja se regocijará ante la obra del conde Godunov-Cherdyntsev. Es lamentable que el portador de dicho nombre se ocupe en entonar himnos a los "ideales sociales" que desde hace mucho tiempo sólo son ídolos baratos».

El diario procomunista de Berlín, publicado en lengua rusa, ¡Arriba!(al cual la Gazetade Vasiliev calificaba invariablemente de «el reptil»), publicó un artículo dedicado a la celebración del centenario del nacimiento de Chernyshevski, que concluía así: «En nuestra bendita emigración también ha habido reacciones: con fanfarronería e insolencia, un tal Godunov-Cherdyntsev ha fraguado un opúsculo —para el que ha recogido material de todos los lugares imaginables— y ha publicado su vil difamación con el título de La vida de Chernyshevski. Un profesor de Praga se ha apresurado a considerar la obra "inteligente y concienzuda", y todo el mundo ha coincidido amistosamente. Está escrita con estilo ostentoso, que no difiere en modo alguno de los editoriales de Vasiliev sobre "El fin inminente del bolchevismo".»

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