Cyteen 1 - La Traicion
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La evidencia física sufrió daños por tratamiento inexperto en manos de la policía de Moreyville. Ciertas superficies en el laboratorio exterior y el laboratorio de frío muestran las huellas digitales de Jordan Warrick, las de Emory, las de los ayudantes azi, las de otros usuarios regulares del laboratorio, y las de un número de estudiantes que han venido a hacerse la prueba. La puerta también tiene esas marcas. La policía de Moreyville, que realizó la investigación preliminar, no tenía rastreadores de presencia. Más tarde las lecturas pierden sentido por la presencia de la policía y los residentes en el laboratorio. Se leyeron los informes de las puertas de seguridad y se corroboraron las idas y venidas que se habían anotado en los testimonios verbales. Y de nuevo, Reseune impide que los técnicos de Asuntos Internos accedan a los ordenadores.
La autopsia afirma que Emory murió por congelación, que la fractura de cráneo contribuyó a esa muerte por el hecho de que probablemente la víctima estaba inconsciente en el momento de la ruptura del conducto. Sufría de un fallo muy menor de la rejuv y tenía artritis en la rodilla derecha y un asma no muy grave; sus médicos sabían todo esto. El único resultado inesperado fue la presencia de un pequeño cáncer en el pulmón izquierdo, localizado, pero desconocido por su médico en el momento de la muerte. Era de un tipo raro, pero menos raro entre los primeros pioneros de Cyteen. El tratamiento habría sido la cirugía inmediata con quimioterapia posterior.
Ese tipo de cáncer responde al tratamiento, pero suele reaparecer y la prognosis combinada con otros problemas inmunológicos debidos a las dificultades en la rejuv habría dado muy mal pronóstico.
Dios.
De todos modos, se estaba muriendo.
XI
Justin respiró hondo unas cuantas veces para controlarse mientras avanzaba por el pasillo junto a Denys. Se había duchado, afeitado y llevaba su ropa de siempre, suéter azul, pantalones marrones. No temblaba. Había pedido tres aspirinas y se había asegurado de que eso era lo único que le administraban antes de tomárselas. Como tranquilizante era suficiente para calmarle los nervios, dado su estado de agotamiento.
Jordan parecía bien. Claro que sí. Jordan era así.
Dios, no puede haberla matado. No puede haberlo hecho. Le han obligado a decirlo. Alguien miente.
—Hola, hijo.
No era una de las pequeñas habitaciones frías de los interrogatorios. Era una oficina administrativa. Denys no iba a dejarlos solos. Se lo había explicado antes. Los azi también estaban presentes. Y había un grabador funcionando porque nadie confiaba en nadie y querían probar a los investigadores que no había sucedido nada en la entrevista.
—Hola —respondió Justin. Y pensó que debía ir y abrazar a su padre en un momento como ése, frente a todos los que después verían la cinta pero, mierda, Jordan no le facilitaba las cosas. Su padre tenía un aspecto reservado y tranquilo, y tenía cosas que decirle. Quería poner ciertas cosas en orden. Justin sólo tenía que despedirse. Y además era cuanto le permitirían decir. Cualquier otra cosa, cualquiera, podría ser un error que terminaría grabado en esa cinta y complicaría más la vida de todos.
Cosas como: Lamento haber tratado de arreglármelas sólo con Ari. Lamento no habértelo dicho. Lamento que tuvieras que enterarte por boca de otros.
Todo es culpa mía. Todo.
No nombres a Grant, le había advertido Denys. No lo nombres. Los comités querrán averiguar cosas sobre él si lo haces. Mejor será si se olvidan de que existe.
—¿Estás bien? —le preguntó Jordan.
—Muy bien. ¿Y tú?
—Hijo, yo... —A Jordan le temblaba la boca. Dios, va a perder el control. Frente a todos.
—Me lo han contado todo. No tienes que añadir nada. Por favor. Jordan respiró hondo y se relajó de nuevo.
—Justin, quiero que sepas por qué lo hice. Ari ejercía una influencia que este mundo no necesitaba. Lo hice como cuando uno arregla una cinta defectuosa. No tengo remordimientos. Nunca los tendré. Fue una decisión totalmente lógica. Ahora otro se ocupa de dirigir Reseune y yo consigo el traslado que quería, a un lugar en donde no tendré a Ari detrás de mí, cambiándome los diseños y usando su nombre en trabajos que yo hice y ella cambió a su gusto. Soy libre. Lo que lamento es que todo haya estallado de esta forma. Soy mejor científico que lampista. Eso es lo que dicen los investigadores. Subí la presión y eso apareció en los informes del monitor.
La ira había estado allí desde el comienzo, una ira auténtica, profunda, poderosa. Al final se enfrió. Se convirtió en un recital, un papel aprendido, un acto que estaba pensado para que pareciera un acto. Justin agradeció aquella frialdad cuando Jordan le lanzó la pelota.
Sé por qué lo hiciste,estuvo a punto de decir, luego pensó que eso podía salir mal. Y dijo en cambio:
—Te quiero.
Y casi perdió el control. Se mordió el labio hasta hacerlo sangrar. Vio que Jordan también tenía la mandíbula rígida.
—No sé si me dejarán escribirte —dijo Jordan.
—Yo te escribiré.
—No sé si me darán las cartas. —Jordan logró reírse un poco—. Piensan que podemos pasarnos mensajes en cosas como hola, ¿qué tiempo hace por ahí?
—De todas maneras, te escribiré.
—Creen... creen que hay una conspiración, mierda. No es cierto. Te lo juro, hijo. Nadie lo sabía y nadie debía enterarse. Pero fuera tienen miedo. La gente considera a Ari una persona política. Esa es la importancia que le dan. No ven en ella a la científica. No entienden lo que representa que alguien coja tu trabajo y lo retuerza, le dé la vuelta. No entienden que se violó una ética.
Se violó una ética. Dios. Está actuando para las cámaras. Lo primero era un discurso para el comité, pero lo último es un mensaje para mí. Si sigue con eso, lo van a atrapar.
—Te quiero —dijo Jordan—. Más que a nada en el mundo.
Y extendió los brazos. Listo. La obra se terminaba. Los actores debían abrazarse. Ahora quedaba bien llorar un poco.
Ya no volvería a ver a Jordan. Ni a saber de él.
Tal vez nunca más.
Cruzó el pequeño espacio como un autómata. Se abrazaron durante mucho rato. Un largo rato. Justin se mordía el labio porque sólo el dolor lo mantenía centrado. Jordan lloraba. Justin sentía los sollozos, a pesar de que eran silenciosos. Pero tal vez eso ayudaría en el caso Jordan. Tal vez habían actuado bien ante las cámaras. Deseaba poder llorar. Pero por alguna razón estaba como anestesiado, excepto por el dolor y el sabor de la sangre.
Jordan había llevado demasiado lejos la comedia, se había mostrado demasiado frío, demasiado peligroso. No debería haber sonado así. Tal vez pondrían esa cinta en las noticias. La gente le tendría miedo. Tal vez pensarían que estaba loco. Como los Alfas que rebasan los límites. Como el clon de Bok. Tal vez eso lo separaría de su trabajo.
Casi gritó: Está mintiendo. Mi padre está mintiendo.Pero Jordan lo abrazaba. Jordan había hecho exactamente lo que quería. Jordan no había estado encerrado en una habitación durante una semana. Sabía lo que pasaba en el mundo, había estado en contacto con los investigadores. Jordan estaba llevando a cabo su papel, jugaba con la psicología de todos ellos, nada más. Se presentaría ante ese comité del Senado y conseguiría el mejor trato posible, y tal vez eso evitaría que la cinta apareciera en las noticias porque el trabajo de Jordan era muy importante para Defensa y los militares podían silenciar lo que quisieran.
—Vamos —dijo Denys.
Jordan lo dejó ir, lo dejó salir de la habitación. Justin se fue con Denys.
Y después, lloró. Se apoyó contra la pared junto a la puerta que acababa de cerrarse y lloró hasta que le dolieron las entrañas.