-->

Diario de la Guerra de Espana

На нашем литературном портале можно бесплатно читать книгу Diario de la Guerra de Espana, Кольцов Михаил Ефимович-- . Жанр: Историческая проза. Онлайн библиотека дает возможность прочитать весь текст и даже без регистрации и СМС подтверждения на нашем литературном портале bazaknig.info.
Diario de la Guerra de Espana
Название: Diario de la Guerra de Espana
Дата добавления: 15 январь 2020
Количество просмотров: 200
Читать онлайн

Diario de la Guerra de Espana читать книгу онлайн

Diario de la Guerra de Espana - читать бесплатно онлайн , автор Кольцов Михаил Ефимович

Esta es la traducci?n castellana de la edici?n definitiva. Koltsov, corresponsal extraordinario de Pravda en Espa?a, fue testigo ocular de los acontecimientos que narra. Estrechamente ligado a la pol?tica contempor?nea del partido comunista ruso y periodista fuera de lo com?n, uni? a una gran valent?a personal dotes pol?ticas y militares excepcionales, una innegable profundidad de an?lisis y una lengua exacta y po?tica. Su papel en Espa?a fue mucho m?s importante que el que se puede esperar de un simple corresponsal de guerra, y sus actividades le situaron en m?s de una ocasi?n en el plano m?s elevado de la acci?n pol?tica. Su maravillosa fuerza descriptiva es patente en los pasajes m?s duros del Diario: la muerte de Lukacs, la conversaci?n con el aviador moribundo, el tanquista herido, el asalto frustrado al Alc?zar... Pero nada supera, sin duda, la maestr?a de los retratos de Koltsov. Su pluma arranca los rasgos esenciales de los nombres m?s significativos del campo republicano: Largo Caballero, Durruti, Alvarez del Vayo, Rojo, Malraux, Garc?a Oliver, Kleber, La Pasionaria, Casares Quiroga, L?ster, Checa, Aguirre, Jos? D?az, junto a gentes de importancia menos se?alada, con frecuencia an?nimas: oficiales, soldados, mujeres, ni?os... Es ?ste, en definitiva, un documento literario y pol?tico de un periodo crucial —1936-1937—, que ayuda no s?lo a revivirlo sino a comprenderlo.

Внимание! Книга может содержать контент только для совершеннолетних. Для несовершеннолетних чтение данного контента СТРОГО ЗАПРЕЩЕНО! Если в книге присутствует наличие пропаганды ЛГБТ и другого, запрещенного контента - просьба написать на почту [email protected] для удаления материала

1 ... 27 28 29 30 31 32 33 34 35 ... 196 ВПЕРЕД
Перейти на страницу:

Cada día llegan a Madrid incontables delegaciones de diferentes países. Presidentes de toda clase de sociedades, de ligas filantrópicas, de organizaciones interparlamentarias, científicas y femeninas. Todos se dirigen en seguida a ver al jefe del gobierno y a diferentes ministros, algunos son recibidos incluso por el presidente de la República, todos se informan detenidamente sobre la situación militar y política, luego expresan su más profunda indignación por el alzamiento fascista, honda gratitud y simpatía por el gobierno legal. Después de haber expresado sus sentimientos verbalmente, por radio y en la prensa, las delegaciones parten. Antes de partir, se informan a través del portero del hotel de si es posible todavía comprar auténticas mantillas españolas, abanicos, castañuelas, bordados y cerámica. Es posible.

El gobierno recibe de buen grado, si bien cada vez con menos entusiasmo, a los huéspedes. Les proporcionan cifras, documentos, pruebas. Mas, por ahora, sin ningún resultado.

Hablan de la ayuda moral. Ahora, la ayuda real, palpable, con armas o por lo menos con víveres sería, a la vez, la más elevada ayuda moral.

No sé si han sido muchas las delegaciones que han visitado el Cuartel General de los facciosos. Pero los regimientos fascistas, esos que atacan a Talavera, están ya perfectamente equipados con toda clase de armas de los últimos modelos alemanes e italianos, incluso tanques.

Éste es un país cuyo pueblo no tiene ni siquiera la experiencia de la guerra mundial. Los campesinos empuñan escopetas de pistón, la navaja se considera una terrible arma. A este pueblo le arrojan encima nubes de proyectiles, de bombas, de balas incendiarias, perforadoras y explosivas. El único centro importante de la industria de guerra en el territorio de los facciosos, en Oviedo, está completamente cercado, y no puede mandar armas a ninguna parte. De algún lugar le llegan a Franco generosamente las máquinas de guerra y sus recursos de fuego. ¡¿De dónde?! La escuálida aviación española se ha enriquecido, de súbito, con nuevecitos aviones de bombardeo Fokker, Junkers y Caproni, como nunca había soñado tener entre su armamento. A la vista de todo el mundo, acuden al lado de Franco pilotos alemanes e italianos, instructores de infantería, artilleros. El aviador de un avión derribado junto a Talavera ha saltado en paracaídas a la zona republicana y ha intentado comprarse la libertad ofreciendo dinero a los campesinos, pero éstos le han fusilado. Al cadáver se le han encontrado documentos a nombre del piloto italiano Ernesto Monico y órdenes del jefe italiano de la escuadrilla. Están en camino barcos con cañones, con ametralladoras, con materias explosivas. Para los denominados voluntarios alemanes, radio Sevilla ejecuta todos los días —lo oímos— el himno fascista alemán.

El aplastamiento de la sedición se convirtió en guerra civil, la guerra civil se está convirtiendo en una lucha contra la intervención extranjera, contra la invasión de las tropas fascistas extranjeras. ¿Es posible que sea esto así? No me creo a mí mismo. Pero los Junkers que se ven por la ventana en el horizonte lo confirman, y las sirenas lloran.

3 de septiembre

Estos días se ha preparado en Madrid el cambio de gobierno.

Al principio la reorganización se proyectaba en términos bastante modestos. Se trataba de la incorporación de dos o tres socialistas del grupo de Largo Caballero y del grupo de Prieto en el gabinete de Giral. De repente, el «viejo» recabó para sí el Ministerio de la Guerra y casi a continuación, como complemento, el puesto de primer ministro. Esto chocó con la oposición general, no tanto por espíritu de fracción, cuanto por las condiciones personales y prácticas de Largo Caballero: todos consideraban que su brusquedad, su insociabilidad y su impaciencia harían imposible la colaboración normal con él. Los propios amigos del «viejo» se asustaron. Vayo intentó convencerle de que tomase el Ministerio de la Guerra dejando la presidencia a Giral. Los prietistas, excepto el mismo Prieto, también se opusieron. Todos se dirigieron al Comité Central del Partido Comunista para que mediara. En el Comité Central también estaban en contra del «viejo» como jefe del gobierno. Pero él mordió el anzuelo; ¡o todo o nada! Le han ayudado la situación general y las prisas: la crisis de hecho había comenzado y los rumores sobre la misma comenzaban a filtrarse; en tiempo de guerra, semejante situación no puede prolongarse ni un solo día.

Prieto declaró que él, personalmente, aunque todos saben cuál es su relación con Caballero, no se le opondría y estaba dispuesto a aceptar cualquier puesto en el Gabinete presidido por Largo Caballero. Querían crear, para él, un ministerio de Armamentos, pero no sé por qué desistieron de la idea y le confiaron la flota y la aviación. Para todos resultaba muy penoso acceder a que el gobierno estuviera presidido por el «viejo»; los partidos han dado su consentimiento como muestra de valentía civil. Pese a todo, Largo Caballero es ahora, en realidad, la figura más venerable y representativa del movimiento sindical; desde los sucesos de Asturias en cierto modo se le han perdonado, mejor dicho, se han olvidado su reformismo, su colaboración con la burguesía y sus vejaciones a los obreros mientras fue ministro del Trabajo. En cuanto a sus demagógicos extremismos izquierdistas, Vayo tranquiliza a todo el mundo: esto pasará el día mismo que tenga la responsabilidad del país...

Sintiendo que pisaba terreno firme, Caballero ha presentado una nueva exigencia con carácter de ultimátum: que los comunistas entren a formar parte del gabinete. El Partido estaba en contra, prefería apoyar con todas sus fuerzas el gobierno del Frente Popular fuera del mismo; por otra parte no se quería crear innecesarias dificultades de carácter internacional —ya sin ello el futuro gobierno ha sido declarado bolchevique, soviético—. El «viejo» ha dicho que todo esto son tonterías, que el extranjero le importa un bledo, que si los comunistas se niegan, también se negará él, que se lo lleve todo el diablo y que el Partido Comunista responderá de lo que ocurra... Al final el Partido ha decidido tomar el Ministerio de Instrucción Pública y el de Agricultura, dos ramas en que los ministros comunistas pueden ser lo más útiles posible a los campesinos y a la masa del pueblo, llevando a la práctica, en grado máximo, lo que puede lograrse en una república democraticoburguesa de nuevo tipo como es España bajo el Frente Popular. En el último momento, Caballero tuvo unos ataques de cólico y las conversaciones se interrumpieron.

Por fin hoy se ha llegado a un acuerdo. Me he presentado en la Unión General de Trabajadores para preguntar a Vayo cuáles eran las últimas variantes y ha resultado que... ahí, en el pequeño despacho de Largo Caballero, se encontraban todos los futuros ministros. En un estrecho diván estaban sentados el pesado Prieto, parecido a una bola, con los párpados entornados; el agitado Vayo, con mono, el pulcro Galarza, de aspecto irónico, el pequeño Uribe, sin cuello, con un gemelo saliente.

Saludan con la cabeza, se sonríen en silencio y siguen callados, fumando. El dueño del despacho no está ahí, ha ido a palacio, a ver al presidente.

Callan, fuman; la espera parece larga. Por fin, suena el teléfono. Habla Caballero desde Palacio: el presidente está de acuerdo, ha firmado el decreto, invita al nuevo gobierno a que se le presente.

1 ... 27 28 29 30 31 32 33 34 35 ... 196 ВПЕРЕД
Перейти на страницу:
Комментариев (0)
название