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Cyteen 1 - La Traicion

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Cyteen 1 - La Traicion
Название: Cyteen 1 - La Traicion
Автор: Cherryh C. J.
Дата добавления: 16 январь 2020
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Cyteen 1 - La Traicion - читать бесплатно онлайн , автор Cherryh C. J.
Cyteen es ya un hito en la moderna literatura que trata con amenidad temas trascendentes: la clonaci?n, la funci?n de la herencia y de la educaci?n en el desarrollo de una personalidad, etc. Pero Cyteen es tambi?n una brillante especulaci?n sobre c?mo los mecanismos de la psicog?nesis individual y la manipulaci?n psicol?gica desembocan inevitablemente en la sociog?nesis de la historia. Una idea de alcance parecido a la psicohistoria de Asimov. Sin embargo, Ari Emory (el Hari Seldon de Cherryh) tiene, tal vez, la ventaja de la casi inmortalidad que le ofrece la clonaci?n.«La mejor novela de la autora de La Estaci?n Downbelow y El Orgullo de Chanur, quien ha obtenido tres premios Hugo en los ?ltimos diez a?os.»

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El hijo equivocado para el padre correcto, tal vez. Y viceversa.

La naturaleza era muy hija de puta al repartir las cartas.

II

—Todos están bien —dijo Petros Ivanov.

—Maravilloso. Maravilloso. —Denys mordió un trozo de pescado y luego otro. Almuerzo privado en el comedor ejecutivo con las cortinas ante las ventanas de la plataforma del observatorio. Las máquinas climáticas les estaban dando una lluvia, tal como se había pedido; era una tormenta fuerte y el agua cubría las ventanas. El tiempo continuaría así durante uno o dos días—. Maldito sea Giraud. Asegura que todo saldrá bien, pero mientras se va a la capital. Y ni siquiera sé si lo llamaron...

—Todo está bien en el perfil hasta ahora. Los azi son absolutamente normales. Ya van siguiendo el programa.

—Y Ari también.

—Strassen está loca con la niñera en jefe.

—¿Y qué más?

—Dice que es muy terca y que desbarata al personal.

Un azi tiene que ser terco.Eso significa que sigue exactamente las instrucciones, y Jane está transtornada porque tiene nuevo personal en su departamento. Sobrevivirá. —Se sirvió más café—. El azi de Olga es una gran preocupación para mí todavía. Ollie es más joven, es mucho más obstinado e inteligente que aquel tonto que tenía Olga. Jane tiene razón: si le pasamos una cinta para suavizarlo, el temperamento de Jane lo desestabilizará. Puede arreglar su actitud con la niña; cambiar a Ollie y la forma en que lo trata es más de lo que puede hacer sin estallar. Si la niña tiene sólo el instinto normal de un bebé, sentirá las tensiones de los adultos ya desde la cuna. Y si partimos de la base de que tiene la sensibilidad de Ari, Dios sabe lo que puede percibir. ¿Qué hacemos?

Petros sonrió.

—¿Someter a Jane a una cinta?

Denys suspiró dentro de la taza y se bebió el café.

—Ojalá pudiera. No. Jane es una profesional. Sabe lo que vale esto. Hicimos un trato. Nosotros nos mantendremos apartados de Ollie y ella le dirá cómo portarse en esto. Cabe suponer que un azi que contenta a nuestra Jenny es capaz de cualquier cosa.

Risas.

Estaba muy enfadado con Giraud. Él podría haberle evitado gran parte de todos aquellos problemas, pero Giraud mostraba la tendencia a salir volando a la capital en cuanto las cosas se ponían tensas en el proyecto.

Es todo tuyo,había dicho Giraud. Tú eres el administrador. Y a mi no me interesa el puesto.

Había tardado más de un año en revisar las notas de Ari, esa ínfima parte inicial del archivo del ordenador que los técnicos podían descifrar fácilmente. Los ordenadores de archivo de Reseune habían funcionado tres semanas sólo para compilar la masa inicial de datos sobre Ari. Gracias a Dios, Olga lo había recopilado todo con referencias cruzadas y lo había ordenado cronológicamente. Había que localizar las cintas, y todo eso no sólo en lo referente a Ari, sino a dos azi que habían sido grupos modelo y únicos. Había un túnel bajo las colinas y tres más en construcción porque la enorme bóveda estaba llena, totalmente atestada de gente que empezaba a dividir las cintas en activas, más activas y muy activas para poder trasladar parte de ellas a la Casa.

Y cuando el flujo de datos del proyecto entrara en pleno funcionamiento, habría una inundación en los archivos de la Casa. Uno de esos túneles se estaba construyendo especialmente para albergar los informes del proyecto; y eso incluía el diseño softwarede algunos trabajos que Ari había dejado inacabados y que alguien debía terminar antes de que el bebé empezara a hablar.

Reseune no iba a desechar nada relacionado con el proyecto. Estaba eliminando parte de las producciones de los azi para conceder más tiempo al personal. Podría haber desembocado en una crisis económica, pero los militares habían aportado dinero para la extensión de Reseune en Fargone y para la extensión en Planys, dinero que representaba más tanques, más ordenadores, más producción y esos túneles. Mientras tanto, Jordan Warrick estaba haciéndoles un favor a todos: se ocupaba de la instalación física en Planys. Eso lo hacía sentirse satisfecho por primera vez desde la muerte de Ari, porque estaba trabajando de nuevo, circunstancia muy importante, claro, porque los de Defensa también estaban satisfechos. Habían perdido a Robert Carnath para las operaciones de la Casa y lo habían ascendido al laboratorio de Planys: Robert era un viejo amigo de Warrick y un administrador lo bastante agudo para sostener todas las riendas. Habían destinado más personal en la construcción del laboratorio de Fargone y enviarían más cuando entrara en funcionamiento y empezara el proyecto Rubin. En Reseune había sobrado personal cuando empezó todo aquello y ahora estaba comprando azi con contratos a intermediarios como Laboratorios Carne y Armas Vivas, aplicando la rejuv a todos los azi de más de cuarenta y enloqueciendo al personal con cintas de reentrenamiento. Había quince barracas vacías en la ciudad y habían firmado un contrato de compra-venta con Defensa para determinados azi de Reseune que llegaban casi a la edad de retiro: Defensa se ahorraba un reentrenamiento y una pensión muy caras, y hacía que algunos azi se alegraran mucho al saber que iban a seguir trabajando en LÍNEAS AÉREAS RESEUNE, en carga y producción o en cualquier otro puesto. Un azi cuya perspectiva hubiera sido la transferencia a un centro gubernamental de trabajo rutinario estaría contento sólo con poner algo en una ranura y poder mirar hacia delante en lugar de hacia atrás. Con ello Reseune conseguía un gran número de trabajadores disciplinados y conscientes de los problemas de seguridad, de forma instantánea.

Habría errores y obstáculos en las operaciones fáciles de Reseune, pero no en el proyecto, donde no se verían caras nuevas, y donde los más inteligentes podrían destinar toda su capacidad al trabajo.

El contrato de compra-venta de los militares los había salvado. Denys estaba orgulloso de ese golpe. Desde luego, resultaba difícil multiplicar un proyecto destinado a un sujeto y convertirlo en un proyecto de cuatro, incluyendo a Rubin y a los dos azi. Y coordinar el perfil del proyecto, la financiación y los aspectos secretos. Giraud se encargaba de lo último. Denys tenía el resto sobre sus hombros y lo había tenido durante tanto tiempo que sentía que él era quien había dado a luz.

—No será más fácil de ahora en adelante —le dijo a Petros—. A partir de ahora será una carrera entre esa niña y la gerencia. Si alguien se equivoca, quiero saberlo al instante. Si ella recibe un estímulo fuera de tiempo, quiero saberlo. Nada es intrascendente hasta que consigamos resultados suficientes para comparar con el perfil.

—Es muy difícil desarrollar el perfil mientras el proyecto sigue adelante.

—De todos modos tenemos que hacerlo. Va a haber diferencias. Siempre lo estaremos alterando. Y nunca sabremos adonde se dirige. Si de alguna manera esa niña es Ari, nunca estaremos seguros del todo, ¿no es cierto? No se rieron.

II

Justin sirvió más vino y el líquido giró en el vaso, que Grant ya había vaciado muchas veces. Se sirvió él también y dejó la botella vacía sobre la mesa. Grant contempló el vaso con ojos un tanto preocupados.

El deber. Grant se estaba emborrachando al tiempo que pensaba acerca de ello. Justin lo sabía. También sabía que Grant no le diría nada, que aquella noche había decidido olvidar el deber.

Hablaron de la oficina. Hablaron de una secuencia de diseño en la que habían estado trabajando. Una botella de vino por barba no contribuía mucho al diseño, las conexiones se estaban confundiendo.

Pero Justin se sentía mejor.

Experimentaba una extraña insatisfacción consigo mismo. Un bebé llegaba al mundo y él se pasaba el día en un estado de depresión irracional. En Reseune sólo se oía:

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