Historias De Los Senores Moc Y Poc
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Historias de los se?ores Moc y Poc
Moc y Poc son dos caballeros capaces de mantener di?logos desopilantes, redactar cartas absurdas y protagonizar divertid?simas situaciones, pero sin propon?rselo. Un libro para explorar las conexiones entre la l?gica y el humor, y para que nos reconozcamos en lo poco o mucho que tenemos de ellos. Ilustraciones de O?Kif. Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 2003. Colecci?n Pr?xima Parada Alfaguara, Serie Naranja.
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Una simple cuesti ón de óptica
Ellos sostienen que si pudiéramos apoyar nuestros pies en la bóveda celeste (para el caso no importa cómo) veríamos todo completamente invertido. De manera que, lo que en la Tierra nos parecía alto, así nos parecería hundido, y lo que en la Tierra veíamos como bajo, así nos parecería elevado. Si apoyáramos nuestros pies en la bóveda celeste, dicen, veríamos cómo el Cielo se hunde, y eso es lo que antes conocíamos como montañas. Veríamos cómo el Cielo se eleva y eso es lo que conocíamos como valles o pozos. Ya puestos en eso, continúan entusiasmados, nos parecería que el Cielo sería la Tierra y la Tierra donde apoyar nuestros pies sería el Cielo. Podríamos dibujar las constelaciones con tiza, uniendo una estrella con la otra, y sería mucho más fácil. "¿Qué?", podemos preguntarles. "Todo, todo", responden. Según ellos, en lugar de ver salir el Sol, veríamos aparecer, no sé, un campo de tomates, plantado en algún lugar de la Tierra que giraría sobre nuestras cabezas. Al ser la Tierra nuestro Cielo y el Cielo nuestra Tierra, la Astronomía sería la nueva Geografía y la Oceanografía sería la nueva Astronomía. El único problema es que los cohetes chocarían y se hundirían en el Cielo (o sea nuestra vieja Tierra) y convendría dirigirlos hacia el suelo (nuestro viejo Cielo) para que sigan su viaje hacia el espacio; pero entonces ya no podríamos explorar el Cielo. Después se les ocurre que si los pájaros quisieran volar muy alto, se rasparían sus cabezas contra la-vieja-Tierra-el-nuevo-Cielo y que, entonces, para volar libremente, deberían ir más abajo de nuestros pies, y la gente empezaría a preguntarse: "Oye, ¿qué les ocurre a los pájaros?". Sí, hay que pensar en algo, dicen, cuando llegan a esa parte (lo dicen como si ellos fueran responsables de encontrar una solución, y no los ingenieros o los técnicos, que para eso estudiaron).
El se ñor Moc atiende el teléfono
(Tercer llamado.)
Teléfono: -Ring ring…
Moc: -¿Sí?
Señor: -¿A qué teléfono estoy hablando?
Moc: -Al que está en su casa.
Señor: -No. Quiero saber con qué teléfono me comuniqué.
Moc: -¡Ah! Con el que está en mi casa.
Señor: -Sí, pero yo le estoy preguntando quién es el abonado.
Moc: -El dueño de una línea telefónica.
Señor: -¡Ya sé! Pero, ¿quién vive ahí! ¿Quién me atendió?
Moc: -Yo.
Señor: -Pero… ¿¡Quién es usted!?
Moc: -El abonado.
Señor: -Óigame, ¿usted es gracioso o se hace el gracioso?
Moc: -¿Se refiere a si soy realmente gracioso o sólo simulo serlo? ¿O bien, a si mi gracia es espontánea, o la voy pensando?
Señor: -¡Váyase al diablo!
Moc: -¡…!
Señor: -¡Click! Tut tut tut…
Moc: -(Cuelga). El diablo no es un lugar.
(Cuarto llamado.)
Teléfono: -Ring ring…
Moc: -¿Hola?
Señorita: -¿Con la casa del señor Moc?
Moc: -No, con el señor Moc.
Señorita: -¿El señor Moc, por favor?
Moc: -¿Sí?
Señorita: -Digo… ¿Se encuentra él?
Moc: -Nunca me perdí a mí mismo.
Señorita: -¿Hablo con el señor Moc?
Moc: -En este momento sí.
Señorita: -Bien, le hablo para avisarle que ha recibido un premio.
Moc: -No es cierto.
Señorita: -¿Cómo no?
Moc: -A mi casa no ha llegado nada.
Señorita: -No, me refiero a que usted ha sido premiado y lo llamo para eso.
Moc: -¿El premio era una llamada?
Señorita: -No, la llamada es para darle la noticia.
Moc: -¿Era un premio o una noticia?
Señorita: -Quiero decir… lo llamo para comunicarle esa noticia.
Moc: -Bien…
Señorita: -…
Moc: -…
Señorita: -¿Perdón?
Moc: -Démela, déme la noticia.
Señorita: -La noticia es el premio.
Moc: -El medio es el mensaje.
Señorita: -¿Qué?
Moc: -Usted dijo una frase y yo respondí con otra.
Señorita: -¿No me va a preguntar de qué se trata?
Moc: -¿Quién?
Señorita: -El premio…
Moc: -¿Está en tratamiento?
Señorita: -… Disculpe, estoy un poco confundida, ¿puedo hablarle en otro momento?
Moc: -Sólo si marca mi número.
Señorita: -Ssí, gracias.
Moc: -No, gracias a usted.
Señorita: -Al contrario.
Moc: -Usted a gracias, no.
Señorita: -¡Click! Tut tut tut.
(Quinto llamado -un bromista-.)
Teléfono: -Ring ring…
Moc: -¿Sí?
Joven: -Hola, je je, sí, estee… je je, le hablo desde Saturno.
Moc: -Bien, dígame.
Joven: -¡…! Usted no me oyó, le estoy diciendo que le hablo desde Saturno, je je.
Moc: -Lo oigo perfectamente.
Joven: -¿…? Del planeta Saturno, ¿entiende?
Moc: -Sí, sí, aquí la Tierra, adelante.
Joven: -Pero… ¿usted sabe dónde queda Saturno… el planeta?
Moc: -Entiendo que queda en el sexto lugar de nuestro Sistema. ¿Por qué? ¿Hubo algún cambio en su posición?
Joven: -¡…!
Moc: -Quizás se le gastó la órbita o algo así. ¿A qué se debió el cambio de posición?
Joven: -¡No hubo ningún cambio!
Moc: -¿O sea que me llama desde el sexto lugar de nuestro Sistema Solar?
Joven: -Oiga, ¿¡cómo le van a hablar desde el espacio!?
Moc: -No sé, dígamelo usted que es el de la llamada.
Joven: -¿De verdad se lo creyó?
Moc: -¿Por qué no?
Joven: -Porque se lo dije para hacerle una broma.
Moc: -¿Me habla desde otro planeta?
Joven: -¡No lo llamo desde ningún planeta!
Moc: -¡Caramba! ¿¡Una llamada desde una estrella, quizás!?
Joven: -Le hablo desde su misma ciudad.
Moc: -Mi ciudad queda en el planeta Tierra y usted antes dijo…
Joven: -Bueno, sí, le hablo desde la Tierra.
Moc: -Entiendo, me llama desde la Tierra porque es más barato, desde Saturno no sería llamada local.
Joven: -¡Lo de Saturno fue una broma!
Moc: -¿Perdón?
Joven: -¡Una broma! ¡¿No entiende?! ¡Le dije eso para hacerle una broma!
Moc: -¿Me llama desde la Tierra para hacerme una broma?
Joven: -¡Usted es un tonto!
Moc: -No, un terráqueo.
Joven: -¡Click! Tut tut tut.
Semblanza
El señor Moc sonríe como una mermelada de naranja, se alisa el pelo como el sonido de una moneda cayendo al agua y camina como una trompeta apoyada encima de un avión.
El señor Poc viaja en tren como si fuera un bolsillo lleno de ventanas, compra frutas como un herrero golpeando en el yunque y estornuda como un pelícano que sabe un chiste.
El señor Moc se abrocha la camisa como un perro ladrando a una computadora, se lava las manos como una banda mientras desfila y hace preguntas como un dentífrico.
El señor Poc habla como un castillo, bosteza como el botón de una escalera automática y cuando se olvida de algo pone cara de sandía que espera al cartero.
La casa del señor Moc queda enfrente de una calle y en medio de dos casas que, a su vez, están en medio de dos casas que quedan en medio de otras dos. Estas casas quedan en una cuadra que está en medio de otras cuadras de una ciudad que está en medio de otras ciudades, y así siguiendo hasta que el señor Moc dice: "El mundo es algo sorprendente".
Si uno llegara a su ciudad y quisiera encontrarlos bastaría con preguntar: "¿Cómo está su familia?". "Muchas gracias, muchas gracias".