Historias De Los Senores Moc Y Poc
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Historias de los se?ores Moc y Poc
Moc y Poc son dos caballeros capaces de mantener di?logos desopilantes, redactar cartas absurdas y protagonizar divertid?simas situaciones, pero sin propon?rselo. Un libro para explorar las conexiones entre la l?gica y el humor, y para que nos reconozcamos en lo poco o mucho que tenemos de ellos. Ilustraciones de O?Kif. Buenos Aires, Editorial Alfaguara, 2003. Colecci?n Pr?xima Parada Alfaguara, Serie Naranja.
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Vendedor: -Sólo comentaba que hay ardillas porque es gracioso verlas pasar, es bonito.
Moc: -Si nadie las viera pasar, ellas de todas maneras estarían.
Vendedor: -Lo sé, quiero decir: no es que estén porque es gracioso verlas, supuse que a usted le gustaría observarlas.
Moc: -Me encanta ver ardillas…
Vendedor: -Por eso… mire, le propongo que…
Moc: -… y la naturaleza en general, me parece un espectáculo maravilloso.
Vendedor: -Perfecto, ¿qué le parece si firmamos el contrato, entonces?
Moc: -Claro, ¿cuántas ardillas calcula que hay por aquí?
Vendedor: -¡Mi Dios! (Suspira.) No lo sé…
Moc: -¿Cuántas ha visto pasar usted?
Vendedor: -Bueno, no todas las veces pasan.
Moc: -Digamos, ¿una de cada dos veces?
Vendedor: -… Eh, sí.
Moc: -¿Y cuántas pasan?
Vendedor: -… ¿Dos o tres cada vez?
Moc: -¿Y cuántas veces vino usted?
Vendedor: -Unas veinte veces.
Moc: -O sea que hay entre cuarenta y sesenta ardillas.
Vendedor: -… ¿Sí? Sí, quizás (un poco mareado).
Moc: -Perfecto.
Vendedor: -Qué bueno que ya hayamos averiguado eso, ¿por qué no firmamos?
Moc: -De acuerdo… o bien podría ser la misma ardilla que haya pasado entre cuarenta y sesenta veces, ¿no cree?
Vendedor (suspira abatido).
Moc: -¿Cual será la razón para que una ardilla pase tantas veces?
Vendedor: -No lo sé.
Moc: -Veamos: o bien ella es muy inquieta o el lugar no es tan cómodo como parece.
Vendedor: -No, yo creo que… es la ardilla que está loca, el lugar es maravilloso.
Moc: -¿Y por qué habrá enloquecido?
Vendedor: -Nno… no lo sé.
Moc: -¿No será que usted viene demasiado seguido?
Vendedor: -Por eso, ¿por qué no lo compra y así no vengo más?
Moc: -¡Al contrario! Creo que a la pobre le gusta la tranquilidad de su hogar y no que se lo vendan sin saber quién lo comprará.
Vendedor: -Mire, es una ardilla, yo no creo…
Moc: -¡Allí pasa! Pidámosle disculpas.
Vendedor: -¿¿¡¡…!!??
Moc: -Le ruego, señora ardilla, que acepte nuestras excusas.
Vendedor: -Eh… no creo que nos haya oído, ya está lejos, ¿no?
Moc: -Corramos tras ella, todavía podemos alcanzarla (empieza a correr). ¡Señora ardilla! ¡Permítanos disculparnos!
Vendedor (corre detrás del señor Moc): -Oiga, ¿y si firmamos y listo?
Moc (corre): -En caso de comprar este terreno, créame que la tendría como su legítima dueña.
Vendedor (corre agitado): -Sí, ardillita, dígale que lo compre.
Moc (se detiene): -¡No le hable así! La está presionando. Mire cómo corre. Creo que sin duda está con los nervios destrozados.
Vendedor (agitado).
Moc: -Mejor pospongamos la compra, no parece un momento adecuado para discutir con los más afectados.
Vendedor (agitado).
Moc: -¡Hombre! Mire cómo respira, sin duda fue usted que le transmitió sus nervios a la pobre ardilla, le recomiendo que no vuelva por aquí hasta que se le pase esta agitación.
Vendedor: -¿No va a comprar entonces?
Moc: -Si hubiera estado menos pendiente de vender y vender, habría pensado más en la ardilla, cuidándose de venir tantas veces. Ella no estaría alterada y yo lo hubiera comprado con mucho gusto, pero en estas condiciones… usted me entiende.
Vendedor: -Sí… claro (agitado).
Explicaci ón de los terremotos
Los señores Moc y Poc son amigos desde la infancia.
Cuando eran pequeños creían que los ruidos de un terremoto (en verdad ellos nunca habían vivido uno, pero se lo imaginaban como truenos muy fuertes) los producía un señor que estaba dentro de la montaña sacudiendo una lata con una piedra.
De grandes supieron la verdad y desde entonces se preguntan qué será de la vida del señor encargado de los ruidos de los terremotos, ahora que ya saben que no es él quien los produce.
Carta que el se ñor Poc escribió al Presidente de una línea aérea
Línea aérea…
Estimado señor Presidente:
Me dirijo a usted como señor Presidente pues supongo que su línea aérea debe tener un Presidente, además de pilotos que vuelan sus aviones, ya que de hecho sería tan raro que existiera una línea aérea sin Director como un Director de línea aérea sin línea aérea, aunque, por cierto, conozco una orquesta de cámara que no tiene Director y a un Director de orquesta que no dirige una en especial y viaja invitado a todas partes. Quizás yo debiera preguntarle: ¿usted dirige su propia línea aérea o va dirigiendo aquí y allá según lo inviten? En cualquier caso espero que esta carta coincida con que usted esté dirigiendo allí donde la envío. Por otra parte, espero que no tome a mal que lo llame señor sin conocerlo, pues no debo suponer que es un truhán o encabezar mi carta con un "Pedazo de tonto…", pues para llegar donde llegó puede ser cualquier cosa menos tonto, a menos que sea un tonto que otros más inteligentes ponen en ese lugar para gobernar la línea aérea a su gusto. Si éste es el caso, le ruego que no se moleste en contestar mi carta, ya que no es de tontos dar respuestas inteligentes y, si no brillantes al menos correctas, a menos de que sean respuestas sobre cosas muy simples y aún así no me fiaría. Si usted no es un tonto al servicio de gente más inteligente, le agradeceré, entonces sí, que conteste simplemente con la verdad a una pregunta que quiero hacerle. Si es un truhán, le ruego que de todas maneras me conteste, pues si un truhán me contestara como si fuera un hombre honesto, yo correría el peligro de que usted me mintiera pero, como mi pregunta no afecta sus intereses (ni a los del grupo de gente más inteligente a cuyo servicio está usted, en caso de que sea tonto y haya seguido leyendo porque es típico de un tonto no hacer caso de una advertencia o solicitud), creo que no le importará responder a una inquietud que pasa más por aspectos técnicos.
Le escribo esta carta ya que si la mandara en blanco o con puras rayas y dibujos incomprensibles usted sabría que alguien quiso comunicarse pero no por qué motivo, o también podría pensar que es una mala broma o una amenaza, en cuyo caso me enviaría dinero para que no lo siguiera molestando y yo seguiría con mi duda técnica y avergonzado de recibir un dinero por haber sido tomado por un delincuente. Me vería obligado a devolverlo y es probable que su temor le hiciera pensar que voy porque esa suma no es suficiente, con lo que usted me daría más, aún antes de que yo abriera la boca, y eso me haría sentir más avergonzado. Insistiría en devolvérselo y usted en aumentar la suma y quién sabe cuánto tiempo pasaría hasta que yo saliera huyendo por la vergüenza y usted interpretará eso como que fui a buscar refuerzos. Muchas gracias.