Shanna
Shanna читать книгу онлайн
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– ¿Le gusta esta indumentaria a mi capitán pirata? -preguntó ella en tono burlón- ¿Es lo bastante vulgar para su gusto?
Se acercó lentamente a la cama, contoneando las caderas como un barco encallado en un mar agitado. Sus pechos se movían con ella y amenazaban la seguridad de su recato a medida que la blusa demasiado grande caía cada vez más.
– ¿Desea mi capitán pirata una ardiente compañera de cama para la noche? -preguntó dulcemente.
Se detuvo a los pies de la cama, y meneó provocativamente las caderas. Ruark cerró la boca cuando se percató de que la tenía abierta. Entonces, súbitamente, los ojos de Shanna relampaguearon de ira y ella giró con majestuosa furia y fue hasta un cofre del que sacó una gruesa manta de lana. Dobló la manta en forma de un rollo largo y apretado al que puso cuidadosamente en el medio de la cama, debajo de la sábana de arriba, dividiendo la superficie nítidamente por la mitad.
Una expresión de burla y desprecio se extendió por su cara cuando habló.
– ¡Entonces, mi amo y señor capitán pirata -dijo entre con los dientes apretados- puede buscarse otra cama y otra hembra!
Le volvió la espalda, se quitó la falda y la blusa y soltó su cabello. Ahuecó la almohada, se metió debajo de la sábana y apoyó la cabeza en el respaldo de la cama. Al mirar más allá de los pies de la cama vio que
Ruark le sonreía por un espejo. Ese rostro travieso reflejábase una docena de veces y la miraba, como si uno solo ya no fuera intolerable. Shanna gruñó despectivamente, humedeció un dedo en su lengua y apagó la vela.
Ruark juró en voz baja, ahuecó su almohada a puñetazos, se cubrió con la sábana y sintió contra su espalda la ruda aspereza de la manta. Tiempo después, en la oscuridad, se oyó su voz.
– Mujer -murmuró-, creo que tú estás loca.