El Curioso Incidente Del Perro A Medianoche
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"El curioso incidente del perro a medianoche" es una novela que no se parece a ninguna otra. Elogiada con entusiasmo por autores consagrados como Oliver Sacks e Ian McEwan, ha merecido la aprobaci?n masiva de los lectores en todos los pa?ses donde se ha publicado, adem?s de galardones como el Premio Whitbread y el Premio de la Commonwealth al Mejor Primer Libro. Su protagonista, Christopher Boone, es uno de los m?s originales que han surgido en el panorama de la narrativa internacional en los ?ltimos a?os, y est? destinado a convertirse en un h?roe literario universal de la talla de Oliver Twist y Holden Caulfield.
A sus quince a?os, Christopher conoce las capitales de todos los pa?ses del mundo, puede explicar la teor?a de la relatividad y recitar los n?meros primos hasta el 7.507, pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Le gustan las listas, los esquemas y la verdad, pero odia el amarillo, el marr?n y el contacto f?sico. Si bien nunca ha ido solo m?s all? de la tienda de la esquina, la noche que el perro de una vecina aparece atravesado por un horc?n, Christopher decide iniciar la b?squeda del culpable. Emulando a su admirado Sherlock Holmes el modelo de detective obsesionado con el an?lisis de los hechos-, sus pesquisas lo llevar?n a cuestionar el sentido com?n de los adultos que lo rodean y a desvelar algunos secretos familiares que pondr?n patas arriba su ordenado y seguro mundo.
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Madre murió hace 2 años.
Un día volví a casa de la escuela y nadie contestó a la puerta, así que fui a buscar la llave secreta que tenemos escondida bajo una maceta, detrás de la puerta de la cocina. Entré en casa y me senté a montar una maqueta del Tanque Sherman de Airfix que estaba construyendo.
Una hora y media más tarde Padre volvió a casa del trabajo. Tiene un negocio de mantenimiento de calefacciones y calderas con un hombre llamado Rhodri, que es su empleado. Llamó a la puerta de mi habitación, la abrió y me preguntó si había visto a Madre.
Dije que no la había visto, y se fue al piso de abajo y empezó a hacer llamadas. No oí lo que dijo.
Entonces subió a mi habitación, y dijo que tenía que salir un rato y que no estaba seguro de cuánto tardaría. Dijo que si necesitaba cualquier cosa lo llamara a su teléfono móvil.
Estuvo fuera durante 2 horas y media. Cuando volvió, bajé por la escalera. Él estaba sentado en la cocina mirando por la ventana de atrás hacia el jardín y el pozo y la verja de chapa de cinc y la parte superior de la torre de la iglesia de la calle Manstead, que parece un castillo porque es normanda. Padre dijo:
– Me temo que no vas a ver a tu madre durante una temporada.
Lo dijo sin mirarme. Siguió mirando por la ventana.
Normalmente, la gente te mira cuando te habla. Sé que tratan de captar lo que estoy pensando, pero yo soy incapaz de captar lo que piensan ellos. Es como estar en una habitación con un espejo de un solo sentido en una película de espías. Aquello era agradable, lo de que Padre me hablara sin mirarme. Dije:
– ¿Por qué no?
Esperó mucho rato y luego dijo:
– Tu madre ha tenido que ir al hospital.
– ¿Podemos visitarla? -pregunté, porque a mí me gustan los hospitales.
Me gustan los uniformes y las máquinas.
Padre dijo:
– No.
– ¿Por qué no podemos? -dije.
Y él dijo:
– Necesita descansar. Necesita estar sola.
– ¿Es un hospital psiquiátrico? -pregunté.
Y padre dijo:
– No. Es un hospital corriente. Tiene un problema… un problema de corazón.
– Tendremos que llevarle comida -dije, porque sabía que la comida en los hospitales no era muy buena.
David, del colegio, fue a un hospital a que le hicieran una operación en la pierna para alargarle el músculo de la pantorrilla y andar mejor. No le gustó nada la comida, así que su madre le llevaba cosas preparadas cada día.
Padre volvió a esperar mucho rato y dijo:
– Le llevaré algo de comida durante el día cuando tú estés en el colegio; se la daré a los médicos y ellos se la darán a tu madre, ¿de acuerdo?
– Pero tú no sabes cocinar -dije.
Padre se tapó la cara con las manos y dijo:
– Mira, Christopher, compraré comida preparada en Marks and Spencer y se la llevaré. A ella le gusta.
Dije que le haría una tarjeta de «Espero que te pongas bien», porque eso es lo que haces por la gente cuando está en el hospital.
Padre dijo que se la llevaría al día siguiente.