Trilogia de la huida
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La Trilog?a de la huida re?ne las tres primeras novelas de Dulce Chac?n: Alg?n amor que no mate, Blanca vuela ma?ana y H?blame, musa, de aquel var?n. "Los tres libros de esta Trilog?a de la huida tienen ese origen com?n, la melancol?a que deja en las personas la lucha que parte de la evidencia de un fracaso: la pareja fracas?, pero hay que reconstruir el amor. Dulce no abordaba ese asunto con un prop?sito previo, ella no hac?a teor?a de lo que iba a escribir, y no escrib?a nada como una teor?a; abordaba las novelas con la misma frescura, y con la misma libertad, con la que abordaba los poemas, como exabruptos de su sentimiento, y en el fondo de sus sentimientos, en el origen de su melancol?a, estaba la evidencia, y la rabia, ante ese fracaso."
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Matilde se sentó en un sillón a escuchar las oraciones, envuelta en el aroma a incienso que se quemaba, y en el arrullo de los cantos del Corán, se quedó dormida. EN EL NOMBRE DE DIOS, EL CLEMENTE, EL MISERICORDIOSO.
«¡Paz!, ella dura hasta que sube la Aurora.» «Me refugio en el señor del Alba, ante el daño de lo que creó, ante el daño de la oscuridad.» «Quien te detesta es el mutilado.»
Estela y Estanislao se retiraron entonces a su dormitorio y Federico y Andrea se fueron a descansar a los sofás del salón. EN EL NOMBRE DE DIOS, EL CLEMENTE, EL MISERICORDIOSO. «¡Por el cielo y el astro nocturno! ¿Qué te hará entender qué es el astro nocturno?» «¡No toquéis a la camella de Dios, ni a su leche!» Ulises se acercó a Matilde, y tú le seguiste. EN EL NOMBRE DE DIOS, EL CLEMENTE, EL MISERICORDIOSO. Fue él quien la despertó con suavidad:
—Es mejor que subas y te eches un rato. Ya puedes descansar, la están velando.
Y tú la acompañaste a vuestra habitación.
—Voy a dejarte, Adrián —te dijo mientras subía las escaleras apoyada en tu brazo.
—¿Qué?
—Que voy a dejarte.
—Estás cansada. Ahora descansa.
—Voy a dejarte —repitió cuando se quitaba las sandalias.
—Descansa —volviste a decir. Te acostaste a su lado y te quedaste dormido.
Fue la última vez que dormiste junto a ella. Matilde se despertó a las pocas horas y bajó a la biblioteca. Tú continuaste durmiendo todo el día. Despertaste al anochecer, desorientado. Los suras del Corán que subían hasta tus oídos te dijeron que no había sido un sueño. «Somos de Dios y a Dios volveremos.» EN EL NOMBRE DE DIOS, EL CLEMENTE, EL MISERICORDIOSO. «El golpe. ¿Qué es el golpe? ¿Qué te hará entender lo que es el golpe? Es el día en que los hombres estarán como mariposas desorientadas...» EN EL NOMBRE DE DIOS, EL CLEMENTE, EL MISERICORDIOSO. «La rivalidad os distrae hasta el punto de que visitáis los cementerios. ¡No! ¡Pronto sabréis! Luego. ¡No! ¡Pronto sabréis! ¡Si supieseis la ciencia con certeza! ¡Veréis el infierno! ¡Lo veréis con el ojo de la certeza! En ese día se os interrogará sobre la felicidad.»
