Palido Fuego
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Esto me recuerda el grotesco relato que le hizo al Sr. Langton del estado lamentable de un joven de buena familia. "Se?or, lo ?ltimo que he sabido de ?l es que andaba por la ciudad matando gatos a tiros". Y entonces, en una especie de dulce fantaseo, pens? en su gato favorito y dijo: "Pero a Hodge no lo matar?n, a Hodge no lo matar?n". James Boswell, Vida de Samuel Johnson
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la firme convicción… "Querido, cierra la puerta.
¿Tuviste un buen viaje?" Espléndido… pero más aún,
he vuelto convencido de que puedo avanzar a tientas
hacia alguna… alguna… "¿Qué, querido?" Vaga esperanza.
CANTO CUARTO
Ahora espiaré la verdad como nadie
la ha espiado hasta este momento. Ahora gritaré como
nadie ha gritado. Ahora intentaré lo que nadie
ha intentado. Ahora haré lo que nadie ha hecho.
Y hablando de esta maravillosa máquina: 840
Me desconcierta la diferencia entre
dos modos de componer: A, la manera
que sólo ocurre en la mente del poeta,
un ensayo de los juegos que pueden ejecutar las palabras,
mientras se enjabona por tercera vez una pierna; y B,
la otra manera, mucho más decorosa, cuando
está en su escritorio, escribiendo con una pluma.
En el método B la mano sostiene el pensamiento,
la abstracta batalla se libra concretamente.
La pluma se detiene en el aire, después cae para tachar 830
una puesta de sol o restaurar una estrella,
y guía así físicamente la frase
hacia un pálido resplandor diurno a través del laberinto de tinta.
¡Pero el método A es una tortura! El cerebro
queda pronto encerrado en un casco de dolor.
Una musa en ropa de faena dirige la perforadora
que tritura y que ningún esfuerzo de la voluntad
puede interrumpir, mientras que el autómata
saca lo que acaba de poner
o va con paso vivo a la tienda de la esquina 860
a comprar el diario que ya ha leído.
¿Por qué es así? Quizá porque
en el trabajo sin pluma no hay pausa de la pluma,
y uno debe usar tres manos al mismo tiempo,
teniendo que elegir la rima necesaria,
tener bajo los ojos el verso completo
y conservar en la mente todos los ensayos precedentes.
¿O el proceso es más profundo sin escritorio
para apoyar lo falso e izar lo poético?
Porque hay esos misteriosos momentos en que, 870
demasiado cansado para borrar, dejo caer la pluma,
deambulo y obedeciendo a alguna muda orden,
la palabra justa silba y se posa en mi mano.
Mi mejor momento es la mañana; mi casa
preferida el centro del verano. Una vez me oí
despertarme mientras la mitad de mí mismo
seguía durmiendo en la cama. Liberé violentamente mi espíritu
y me atrapé… en el jardín
donde las hojas de trébol recogían en su copa el topacio del alba,
y donde estaba Shade, de pie, en camisón y con un zapato. 880
Y entonces comprendí que esa mitad también
dormía profundamente; se rieron los dos y me desperté
seguro en mi cama mientras el día rompía su cáscara,
y los mirlos caminaban y se detenían, y en el húmedo
césped tachonado, ¡había un zapato marrón! Mi sello secreto,
la huella de Shade, el misterio innato.
Espejismos, milagros, mañana del centro del verano.
Como mi biógrafo quizá es demasiado grave
o sabe demasiado poco para poder afirmar que Shade
se afeitaba en su baño, aquí va:
Había instalado un sistema 890
de bisagra y tornillo, un soporte de acero
que atravesaba la bañera para mantener en su sitio
el espejo de afeitarse justo delante de la cara