Qu? Vida ?sta
Qu? Vida ?sta читать книгу онлайн
Es una verdad universa reconocida que si se tiene un trabajo de riesgo, lo mejor que se puede hacer es mantenerlo al margen de la vida privada.
Sin embargo, ?sta es una regla que la incombustible Stephanie Plum, la caza recompensas m?s patosa de la Costa este, parece incapaz de cumplir
En esta nueva entrega de sus descacharrantes aventuras, cuando Stephanie emprenda la b?squeda de una madre y una hija desaparecidas, no s?lo la perseguir?n malos mal?simos como el mafioso Eddie Abruzzi, sino que adem?s tendr? que soportar los bienintencionados consejos de la abuela Mazur, arreglarle la vida a su hermana Valerie, aceptar con buena cara la ayuda entusiasta aunque poco eficaz de su amiga Lula, los hirientes comentarios de los polic?as de su pueblo, siempre dispuestos a pasar un buen rato con sus meteduras de pata… Y por si todo esto fuera poco a?n tendr? que decidir entre abandonarse a la lujuria en brazos del apuesto y misterioso Ranger o reconciliarse con Joe Morelli su novio de toda la vida
Внимание! Книга может содержать контент только для совершеннолетних. Для несовершеннолетних чтение данного контента СТРОГО ЗАПРЕЩЕНО! Если в книге присутствует наличие пропаганды ЛГБТ и другого, запрещенного контента - просьба написать на почту [email protected] для удаления материала
– De todas formas ya no quería ser un reno -explicó Mary Alice-. Los renos no tienen unas colas tan bonitas como los caballos.
– ¿Conoces a Annie Soder?
– Claro -dijo Mary Alice-, está en mi clase. Es mi mejor amiga, lo que pasa es que últimamente nunca viene al colegio.
– Hoy he ido a verla, pero no estaba en casa. ¿Tú sabes dónde está?
– No -contestó Mary Alice-. Supongo que se habrá marchado. Eso es lo que pasa cuando uno se divorcia.
– Si Annie pudiera ir adonde quisiera, ¿dónde iría?
– A Disney World.
– ¿Adonde más?
– A casa de su abuela.
– ¿Adonde más?
Mary Alice se encogió de hombros.
– ¿Y su mamá? ¿Adonde le gustaría ir a su mamá?
Se encogió de hombros otra vez.
– Intenta ayudarme. Quiero encontrar a Annie.
– Annie también es un caballo -dijo Mary Alice-. Annie es un caballo marrón, sólo que no galopa tan rápido como yo.
La abuela se acercó a la puerta principal movida por su radar del Burg. Una buena ama de casa del Burg nunca se pierde nada que ocurra en la calle. Una buena ama de casa del Burg puede escuchar sonidos procedentes de la calle inapreciables para el oído humano normal.
– Fíjate -dijo la abuela-. Mabel tiene visita. Alguien que no había visto nunca.
Mi madre y yo nos unimos a la abuela junto a la puerta.
– Un buen coche -dijo mi madre.
Era un Jaguar negro. Nuevecito. Sin una sola gota de barro ni una mota de polvo encima. Una mujer salió de detrás del volante. Iba vestida con pantalones de cuero negro, botas de cuero negro de tacón alto y una chaqueta corta de cuero negro que se adaptaba a sus formas. Sabía quién era. Había coincidido con ella en una ocasión. Era el equivalente femenino de Ranger. Según tenía entendido, ella, lo mismo que Ranger, se dedicaba a una multitud de actividades, entre las cuales se incluían -sin limitarse a ellas- la de guardaespaldas, cazarrecompensas e investigadora privada. Se llamaba Jeanne Ellen Burrows.
