Mis Amigos, Mis Amores

На нашем литературном портале можно бесплатно читать книгу Mis Amigos, Mis Amores, Levy Marc-- . Жанр: Современная проза. Онлайн библиотека дает возможность прочитать весь текст и даже без регистрации и СМС подтверждения на нашем литературном портале bazaknig.info.
Mis Amigos, Mis Amores
Название: Mis Amigos, Mis Amores
Автор: Levy Marc
Дата добавления: 16 январь 2020
Количество просмотров: 392
Читать онлайн

Mis Amigos, Mis Amores читать книгу онлайн

Mis Amigos, Mis Amores - читать бесплатно онлайн , автор Levy Marc

Antoine y Mathias no han perdido el contacto desde que se conocieron de ni?os. Ahora, ya treinta?eros, siguen compartiendo muchas cosas, pues ambos han pasado por un divorcio y por la experiencia de ser padres: Antoine, de un ni?o llamado Louis, y Mathias, de una ni?a llamada Emily. Pero mientras que Antoine se fue a vivir con su hijo a Londres, Mathias sigue residiendo en su Par?s natal, cada vez m?s insatisfecho con su trabajo y teniendo que soportar que su hija viva tambi?n en la capital inglesa. Por eso cuando Antoine le propone regentar una peque?a librer?a en Londres, ?l acaba aceptando la oferta. Sin embargo, sus planes se ven trastocados por la decisi?n de su ex mujer de trasladarse a Par?s por motivos laborales y de pedirle que se haga cargo ?l de Emily, para que la ni?a no tenga que adaptarse de nuevo a un cambio de hogar y colegio. Esto dar? pie a que Mathias y Antoine decidan pasar de ser vecinos a vivir en la misma casa para as? criar juntos a sus hijos. Eso s?, comprometi?ndose a respetar dos reglas b?sicas de convivencia: no contratar a una canguro y no traer mujeres a casa.

Внимание! Книга может содержать контент только для совершеннолетних. Для несовершеннолетних чтение данного контента СТРОГО ЗАПРЕЩЕНО! Если в книге присутствует наличие пропаганды ЛГБТ и другого, запрещенного контента - просьба написать на почту [email protected] для удаления материала

1 ... 5 6 7 8 9 10 11 12 13 ... 56 ВПЕРЕД
Перейти на страницу:

Desde que habían salido de la callejuela, Antoine no había pronunciado palabra. El Austin se paró en Bute Street, frente a la Libraire Francaise. Mathias inclinó el sillón para liberar a McKenzie, pero este último, perdido en sus pensamientos, no se movía.

– Después de lo dicho -murmuró McKenzie-, si os vais a vivir juntos, ya puedo hacer el pedido.

– ¡Hasta esta tarde, querido! -bromeó Mathias al alejarse.

Antoine lo alcanzó enseguida.

– ¿Vas a hacer el favor de parar ahora mismo con todo esto? Ya somos vecinos, ¿no te parece suficiente?

– Cada uno vive en su casa, ¡no tiene nada que ver! -respondió Mathias.

– ¿Qué mosca te ha picado? -preguntó Antoine preocupado.

– El problema no es ser soltero, sino vivir solo.

– Ese es el principio básico de la soltería. Y además, no estamos solos, vivimos con nuestros hijos.

– ¡Solos!

– ¿No vas a parar de repetirlo?

– Necesito una casa con niños que rían, quiero que haya vida cuando vuelva a casa, no quiero más domingos siniestros, quiero fines de semana con niños que rían.

– Eso ya lo has dicho dos veces.

– ¿Y qué? ¿Te supone un problema que se rían dos veces?

– ¿Hasta tal punto has tocado fondo con la soledad? -preguntó Antoine.

– Vete a trabajar, McKenzie se está durmiendo en el coche -dijo Mathias a la vez que entraba en su librería.

Antoine lo siguió al interior y le cerró el paso.

– ¿Y qué ganaría yo viviendo bajo el mismo techo que tú?

Mathias se agachó para recoger el correo que el cartero le había deslizado por debajo de la puerta.

– No lo sé, podrías enseñarme a cocinar.

– Lo que yo decía, ¡no cambiarás jamás! -dijo Antoine, volviendo a irse.

– Podemos contratar a una canguro, y lo peor que podría pasar es que nos hartáramos.

– Estoy en contra de las canguros -gruñó Antoine mientras se alejaba hacia su coche-. Ya he perdido a su madre, no quiero que un día mi hijo me deje porque no me haya ocupado de él.

Se instaló tras el volante y arrancó el motor. A su lado, McKenzie roncaba con la nariz hundida en la hoja de servicio. Con los brazos cruzados y un pie en la puerta, Mathias llamó a Antoine.

– Tu despacho está justo enfrente. Antoine sacudió a McKenzie y abrió la puerta. -¿Qué hace usted todavía ahí? Creía que tenía una montaña de trabajo.

Desde su tienda, Sophie contemplaba la escena. Meneó la cabeza y volvió a la trastienda.

1 ... 5 6 7 8 9 10 11 12 13 ... 56 ВПЕРЕД
Перейти на страницу:
Комментариев (0)
название