La torre vig?a
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La torre vig?a es la primera novela de la trilog?a medieval de Ana Mar?a Matute. Ambientada en una Edad Media m?tica, m?gica y sensual, la novela es un peculiar libro de caballer?as que narra, en primera persona y con una sensibilidad moderna, los a?os de formaci?n y aprendizaje de un joven caballero, a lo largo de una trama repleta de hero?smo, superstici?n y barbarie.
La torre vig?a relata el descubrimiento del mundo y sus conflictos, la memoria, la a?oranza y la dificultad para establecer relaciones en la infancia y la adolescencia del protagonista que habr? de ser armado caballero en un marco donde todo se rige por instintos primitivos y febriles, en el que el amor, el odio, la violencia, la soledad, la crueldad o la nostalgia se alternan en una espl?ndida narraci?n que ofrece un mundo inquietante y misterioso y, al mismo tiempo, salvaje y pasional.
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Algunos pajes y escuderos, con el rostro desencajado por la fatiga, disponíanse a arrastrar a sus caballeros al lugar del sueño. Ortwin me avisó entonces de que había llegado el momento de llevar al lecho al Barón, y en ese instante divisé algo, caído bajo el asiento de mi señor. Me agaché a recogerlo, y, al tomarlo entre mis manos, vi que era uno de sus guantes negros, y componía el gesto de su mano, llamándome hacia el Gran Río; la fiereza de su puño, el día que empuñó la lanza para ensartar la boca del muchacho rubio-fuego; el ímpetu que le empujara cuando, en el silencio de la nieve, atravesó el cuerpo de Lazsko. Solté aquel guante, como si se tratara de un animal dañino, presto a morderme. Y supe que en la negra llamada, y en el negro puño que tan bien sabía dañar -que en aquella gran ceguera, en suma- también ardía, y devoraba, la palabra amor.
No pude contener más mi aversión, y en lugar de ayudar a Ortwin, como era mi obligación, salí huyendo, perseguido por un invisible, aunque avasallador ejército: un ejército compuesto de ojos suplicantes y feroces, de anillos con sonrisa de ogresa, y de rojos mechones que, ora flotaban al viento, ora prendíanse en las llamas de una hoguera humana.