Tiempo De Matar
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Durante varios veranos, el terror se adue?a de los residentes de Georgia cuando las temperaturas ascienden y el term?metro alcanza los cuarenta grados, porque con el implacable calor llega tambi?n un cruel asesino. En cada ocasi?n secuestra a dos muchachas y espera a que se descubra el primer cad?ver: en ?l se hallan todas las pistas para encontrar a la segunda v?ctima, abocada a una muerte lenta pero certera. Pero la polic?a nunca consigue llegar a tiempo y los cuerpos siempre se recuperan meses despu?s, en lugares remotos y aislados.
Tras tres a?os de inactividad, llega a Atlanta una fuerte ola de calor: es tiempo de matar… Y ser? Kimberly Quincy, estudiante de la Academia del FBI, quien tropiece con la primera v?ctima. Comienza la cuenta atr?s.
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– ¡No disponemos de cuatro días!
Ray levantó una mano.
– Ya lo sé, ya lo sé. Eso ya lo tenía bastante claro. De todos modos, supongo que a mediodía irá a comer, comprobará los mensajes, me llamará y entonces yo les llamaré a ustedes. Solo faltan cuatro horas para el mediodía.
– Cuatro horas pueden ser demasiado tiempo -dijo Mac, con el rostro sombrío.
– ¿Qué quieren que les diga? No es nada sencillo cuando solo dispones de la fotografía de una hoja.
– Tengo una pregunta -dijo Kimberly-. De todos los estudios que tiene… ¿sabe si existe alguna relación entre Virginia y Hawai?
– ¿Virginia y Hawai?
– Sí.
– Uf. No tengo ni idea. Desde una perspectiva vegetal, no se me ocurre ninguna. Hawai es un lugar tropical, ya saben. Y Virginia no. Bueno, excepto esta semana. Siempre estamos preparados para hacer una excepción.
– ¿No están relacionados de ninguna forma? -insistió Kimberly.
Ray agitó la nariz nuevamente.
– Podría preguntárselo a un geólogo. Nosotros tenemos montañas, y ellos también. Nosotros tenemos la bahía Chesapeake con su multitud de islas barrera, que podrían ser similares a las islas barrera hawaianas. Sin embargo, desde una perspectiva de fauna y flora, no veo ninguna relación.
– ¿Y dónde podríamos encontrar un geólogo en este edificio?
– Aquí no hay geólogos. Tendrán que ir a Reston. -Al ver su expresión, se apresuró a levantar una mano-. Lo sé, lo sé. No tienen tiempo de ir a Reston. De acuerdo… Jennifer York. Es una de nuestras muestreadoras y creo que tiene buenos conocimientos de geología.
– ¿Dónde está su despacho?
– Al otro lado del edificio, el tercero a la izquierda.
– De acuerdo. -Kimberly se volvió hacia Mac, que la miraba con una expresión desconcertada-. Ya le has oído. Vayamos a ver a esa geóloga.