Cr?menes imperceptibles

Cr?menes imperceptibles читать книгу онлайн
Pocos d?as despu?s de haber llegado a Oxford, un joven estudiante argentino encuentra el cad?ver de una anciana que ha sido asfixiada con un almohad?n. El asesinato resulta ser un desaf?o intelectual lanzado a uno de los l?gicos m?s eminentes del siglo, Arthur Seldom, y el primero de una serie de cr?menes. Mientras la polic?a investiga a una sucesi?n de sospechosos, maestro y disc?pulo llevan adelante su propia investigaci?n, amenazados por las derivaciones cada vez m?s riesgosas de sus conjeturas.
Cr?menes imperceptibles, que conjuga a los sombr?os hospitales ingleses con los juegos de lenguaje de Wittgenstein, al teorema de Godel con los arrebatos de la pasi?n y a las sectas antiguas de matem?ticos con el arte de los viejos magos, es una novela policial de trama aparentemente cl?sica que, en el sorprendente desenlace, se revela como un magistral acto de prestidigitaci?n.
Внимание! Книга может содержать контент только для совершеннолетних. Для несовершеннолетних чтение данного контента СТРОГО ЗАПРЕЩЕНО! Если в книге присутствует наличие пропаганды ЛГБТ и другого, запрещенного контента - просьба написать на почту [email protected] для удаления материала
– Pero suponiendo que esto funcione -dije algo asombrado-, suponiendo que ya con bastante suerte lea esa nota suya en el suplemento del jueves, y que con muchísima más suerte esto logre detenerlo: ¿cómo haría Petersen para finalmente atraparlo?
– Petersen cree que es sólo una cuestión de tiempo. Supongo que confía en que de la lista del concierto salga finalmente un nombre. En todo caso parece decidido a intentar cualquier cosa que pueda evitar una cuarta muerte.
– Lo interesante es que de algún modo ahora tenemos todo para imaginar el próximo paso. Quiero decir, tenemos los tres símbolos, como en las series de Frank, deberíamos ser capaces de poder inferir algo sobre esa cuarta muerte. Vincular el Tetraktys… ¿con qué? Todavía de esto no sabemos nada, cómo están relacionadas las muertes con los símbolos. Pero estuve pensando en lo que dijo ese médico, Sanders, y creo que tenemos por fin un elemento recurrente: en los tres casos, las víctimas estaban viviendo de algún modo una sobrevida, más allá de lo esperado.
– Sí, es verdad -dijo Seldom-, no había reparado en eso… -su mirada pareció perderse por un momento, como si estuviera súbitamente fatigado o lo hubieran abrumado de pronto las ramificaciones continuas del caso-. Perdón -dijo, no muy seguro de cuánto había durado este lapso-, tengo un mal presentimiento. Había creído que era una buena idea publicar la serie. Pero quizá son demasiados días desde mañana hasta el jueves.