Ensayo Sobre La Ceguera
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Una de las obras m?s crudas, violentas y originales que tenido el placer de leer en los ?ltimos a?os. Algunos la consideran una extra?a frontera en la novela de Ciencia Ficci?n y el drama psicol?gico convencional.En cierta manera recuerda a obras como El D?a de los Trifidos donde tambi?n la poblaci?n de la Tierra se quedaba ciega o incluso a El Se?or de las Moscas, donde tambi?n una situaci?n l?mite hac?a despertar los instintos m?s b?sicos e irracionales entre los protagonistas.Ensayo sobre la ceguera es una excusa para retratar el comportamiento humano en una situaci?n l?mite: En este caso, cuando a causa de una extra?a enfermedad, todo el mundo se va quedando ciego poco a poco. Es una obra dura pero narrada de forma amena, casi como un cuento, a veces recreandose en la desesperaci?n de los protagonistas, a veces narrando de forma simb?lica como act?a el mundo entero y por tanto realizando un tipo de ensayo -como indica el t?tulo- sobre la humanidad: Su ego?smo innato, sus instintos primarios pero tambi?n sus dotes de solidaridad y camarader?a.Saramago introduce un elemento ajeno, una peque?a mutaci?n dentro de este mundo de ceguera al cual el mundo se ve atado: Una persona ve, una persona puede contemplar las barbaridades a que puede llegar la raza humana; una sola persona queda sumergida por voluntad propia en el manicomio donde se aislan a los primeros ciegos para que no contagien al resto de la ciudad.Precisamente dentro de este manicomio, de esta sala de estudios sin observadores es donde quedan retratadas las m?s grandes miserias humanas hasta el extremo de hacerte estremecer -tal cual una novela de terror- mientras lees el libro.Puede que el cl?max algo prematuro -por otro lado tan crudo que te puede revolver el est?mago- que resta emoci?n a unos ?ltimos cap?tulos mucho m?s tranquilos puede que sea la nota discordante en una novela que siempre havia ido In Crescendo. Pero igualmente, no hay ning?n pasaje que sobre; Saramago calcul? al mil?metro su novela.La ?nica nota negativa (estoy seguro que para otros no) ser?a el estilo de Saramago al escribir la novela: Sin di?logos propiamente dichos, juntando la narraci?n, los di?logos, todo en las mismas l?neas por lo que al comienzo, costa acostumbrarse a una lectura tan densa sin descanso para la vista (valga la redundancia).
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De fiesta fue el banquete de la mañana. Lo que estaba en la mesa, además de poco, repugnaría a cualquier apetito normal, la fuerza de los sentimientos, como en momentos de exaltación siempre ocurre, había ocupado el lugar del hambre, pero la alegría les servía de manjar, nadie se quejó, hasta los que aún estaban ciegos se reían como si los ojos que ya veían fuesen los suyos. Cuando acabaron, la chica de las gafas oscuras tuvo una idea, Y si fuese a poner en la puerta de mi casa un papel diciendo que estoy aquí, así si aparecen mis padres podrán venir a buscarme, Llévame contigo, quiero saber lo que está ocurriendo fuera, dijo el viejo de la venda negra, Y también nosotros salimos, dijo hacia su mujer el que había sido el primer ciego, es posible que el escritor ya vea, que esté pensando en volver a su casa, de camino trataré de encontrar algo que se coma, Yo voy a hacer lo mismo, dijo la chica de las gafas oscuras. Minutos después, ya solos, el médico se sentó al lado de su mujer, el niño estrábico dormía en un extremo del sofá, el perro de las lágrimas, tumbado, con el hocico sobre las patas delanteras, abría y cerraba los ojos de vez en cuando para indicar que seguía vigilante, por la ventana abierta, pese a la altura del piso, llegaba el rumor de las voces alteradas, las calles debían de estar llenas de gente, la multitud gritaba una sola palabra, Veo, la decían los que ya habían recuperado la vista, la decían los que de repente la recuperaban, Veo, veo, realmente empieza a parecer una historia de otro mundo aquella en que se dijo, Estoy ciego. El niño estrábico murmuraba, debía de estar soñando, tal vez estuviera viendo a su madre, preguntándole, Me ves, ya me ves. La mujer del médico preguntó, Y ellos, y el médico dijo, Éste probablemente estará curado cuando despierte, con los otros no será diferente, lo más seguro es que estén ahora recuperando la vista, el que va a llevarse un susto, pobrecillo, es el amigo de la venda negra, Por qué, Por la catarata, después del tiempo pasado desde que lo examiné, debe de estar como una nube opaca, Va a quedarse ciego, No, en cuanto la vida esté normalizada, cuando todo empiece a funcionar, lo opero, será cuestión de semanas, Por qué nos hemos quedado ciegos, No lo sé, quizá un día lleguemos a saber la razón, Quieres que te diga lo que estoy pensando, Dime, Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven.
La mujer del médico se levantó, se acercó a la ventana. Miró hacia abajo, a la calle cubierta de basura, a las personas que gritaban y cantaban. Luego alzó la cabeza al cielo y lo vio todo blanco, Ahora me toca a mí, pensó. El miedo súbito le hizo bajar los ojos. La ciudad aún estaba allí.
Fin