La espuma de los d?as

На нашем литературном портале можно бесплатно читать книгу La espuma de los d?as, Vian Boris-- . Жанр: Современная проза. Онлайн библиотека дает возможность прочитать весь текст и даже без регистрации и СМС подтверждения на нашем литературном портале bazaknig.info.
La espuma de los d?as
Название: La espuma de los d?as
Автор: Vian Boris
Дата добавления: 16 январь 2020
Количество просмотров: 423
Читать онлайн

La espuma de los d?as читать книгу онлайн

La espuma de los d?as - читать бесплатно онлайн , автор Vian Boris

A medio camino entre la fantas?a surreal y la novela, La espuma de los d?as es un relato brillante y cargado de imaginaci?n que narra dos historias de amor paralelas y el final de los sue?os y la inocencia. Envueltos en las nubes irreales de su amor, los protagonistas dan la espalda al mundo real, que no obstante, no tardar? en llegar a buscarles. Y las consecuencias de la exposici?n a la frialdad de la realidad sobre su amor no tardar?n en salir a la luz.

Repleta de fantas?a y humor, p?gina tras p?gina La espuma de los d?as es una novela amena y profunda al tiempo, cargada de connotaciones que trascienden a su, en principio, ingenua pulsi?n. Est? escrita con la brillantez de la fantas?a y la inspiraci?n, de manera efectiva y divertida. As? que no veo raz?n para no leerla.

Внимание! Книга может содержать контент только для совершеннолетних. Для несовершеннолетних чтение данного контента СТРОГО ЗАПРЕЩЕНО! Если в книге присутствует наличие пропаганды ЛГБТ и другого, запрещенного контента - просьба написать на почту [email protected] для удаления материала

1 ... 23 24 25 26 27 28 29 30 31 ... 51 ВПЕРЕД
Перейти на страницу:

– Preste atención, niña mía -dijo el profesor poniéndole la mano en el hombro-. Es una imagen completamente estúpida, porque según el Génie Civil de 15 de octubre de 1944, en contra de la opinión general, de las treinta y cinco especies de tiburones que se conocen, tan sólo tres o cuatro son devoradoras de hombre. Y aun así, atacan menos al hombre que el hombre a ellos.

– Habla usted muy bien -dijo Chloé con admiración. Le gustaba mucho este doctor.

– Y es Génie Civil quien lo dice -afirmó el doctor-, no soy yo. Y con esto, les dejo.

Dio a Chloé un sonoro beso en la mejilla derecha, le dio una palmadita en el hombro y empezó a bajar la escalerilla.

Se enganchó el pie derecho en el pie izquierdo y éste con el último escalón y cayó al suelo.

– Esta instalación suya es un poco peculiar -hizo observar a Colin mientras se frotaba vigorosamente la espalda.

– Le ruego me excuse -dijo Colin.

– Además -añadió el profesor-, esta habitación esférica tiene algo de deprimente. Pruebe a poner Slap Happy, probablemente le devolverá la normalidad; o, si no, acepíllela.

– De acuerdo -dijo Colin-. ¿Qué tal un pequeño aperitivo?

– No estaría mal-dijo el profesor-. ¡Hasta la vista, pequeña! -gritó a Chloé, antes de salir de la alcoba.

Chloé seguía riéndose. Desde abajo, se la veía sentada en el gran lecho rebajado como sobre un estrado majestuoso, iluminada desde un lado por la lámpara eléctrica. Los rayos de luz se filtraban a través de sus cabellos del color del sol en la hierba recién nacida, y la luz que había pasado por su piel se posaba, dorada, sobre las cosas.

– Tiene usted una linda mujer -dijo el profesor a Colin en la antecámara.

– Sí, es verdad -dijo Colin.

Y, de repente, se puso a llorar, porque sabía que estaba enferma.

– Vamos, vamos… -dijo el profesor-, me pone usted en una situación embarazosa… Voy a consolarle… Tenga…

Rebuscó en el bolsillo interior de su chaqueta y sacó una carterita de cuero rojo.

– Mire, ésta es la mía.

– ¿La suya? -preguntó Colin, que trataba de serenarse.

– Mi mujer, quiero decir -explicó el profesor.

Colin, maquinalmente, abrió la carterita y explotó de risa.

– Ya está… ¿lo ve? -dijo el profesor-. No falla nunca. Todos se desternillan. Pero, en fin, ¿qué es lo que es tan divertido?

– Yo… yo… yo no sé -balbuceó Colin, y se desplomó, presa de una crisis de hilaridad.

El profesor cogió su carterita.

– Son ustedes todos iguales -dijo-. Piensan que las mujeres tienen que ser bonitas a la fuerza… Bueno, ¿qué hay de ese aperitivo?

1 ... 23 24 25 26 27 28 29 30 31 ... 51 ВПЕРЕД
Перейти на страницу:
Комментариев (0)
название