Ojos de perro azul
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Otra faz en la narrativa de Gabriel Garc?a M?rquez. Casi todas las obras de este gran autor se caracterizan por la presencia simult?nea de ?mbitos aparentemente alejados entre s?. -Adem?s de lo on?rico y de la rareza individual- escribe Mario Vargas Llosa a prop?sito de Garc?a M?rquez- en este mundo en que lo social, lo pol?tico y otros niveles objetivos (como el sexo) parecen arrolladores, tienen cabida hechos y situaciones que por su car?cter ins?lito y pintoresco contrastan con los hechos opresivos, obvios y mon?tonos que constituye en la vida cotidiana… y sugieren la existencia de "otra" realidad, menos previsible, en la que reinan la fantas?a, la extravagancia, cierto tipo de humor. "En ojos de perro azul" el buceo de Garc?a M?rquez en esa "otra" realidad es hondo y vertiginoso. Ya no se trata de revelarnos un aspecto de realidad placentero y risue?o. Garc?a M?rquez nos enfrenta con esa presencia inevitable que es la muerte, descubri?ndola como una parte gemela de nuestro vivir. la muerte vislumbrada en los sue?os y luego conocida como experiencia total del alma y del cuerpo la muerte como una constante inminencia que nos revela hasta qu? punto nuestro propio ser est? formado por aspectos distintos y nunca imaginados.
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– Los alcaravanes nos sacaron los ojos -dijimos.
Y una de las voces dijo:
– Éstos tomaron en serio a los periódicos.
Las voces desaparecieron. Y seguimos sentados así, hombro contra hombro, esperando a que en aquel pasar de voces, en aquel de imágenes pasara un olor o una voz conocidos. El sol siguió calentando sobre nuestras cabezas. Entonces alguien dijo:
– Vamos otra vez hacia la pared.
Y los otros, inmóviles, con la cabeza levantada hacia la claridad invisible:
– Todavía no. Esperemos siquiera a que el sol empiece a ardernos en la cara.
(1953)
