Ella, maldita alma
Ella, maldita alma читать книгу онлайн
El alma suele ser ese aspecto de la vida que liga la actuaci?n del hombre en ese espacio intermedio que hay entre nuestra conciencia y nuestra sentido. No sabemos si existe, no sabemos qu? es, pero tenemos la intuici?n de que en alg?n lugar de nuestro ser se encuentra oculta.
Esa alma, ese concepto que no sabemos si es o no es, si existe o no existe, es la protagonista de ?ste libro de Manuel Rivas titulado Ella, Maldita Alma. Un libro de relatos que nos acerca a situaciones cotidianas, vistas desde el punto de vista singular y ?nico que el propio personaje nos transmite en sus vivencias.
Desde el punto de vista del lector, puedo asegurar que es una obra dura y tierna a la vez, llena de recuerdos y vivencias de anta?o que se rememoran en cada uno de los relatos poniendo de manifiesto un recuerdo, un pensamiento, una imagen o un lugar, en el que el alma, oculta tras alguno de los elementos de los que el autor se sirve para contarnos cada situaci?n, siempre es la protagonista, o si cabe la responsable de seg?n qu? situaciones, o qu? forma de actuar.
Es curioso, pero los relatos intimistas que aqu? se nos muestran no difieren en mucho de los que todos podemos llegar a vivir en nuestras vidas. Unas vidas en las que situaciones reflejadas en papel pueden parecer tan lejanas o cercanas como el propio lector quiera. Verse reflejado en cada una de las situaciones no es tan dif?cil, y s?lo hay que saber relacionar. Esa es quiz? una cuesti?n que debemos tener en cuenta tras leer o mientras se lee Ella, Maldita Alma.
Creo sinceramente que este libro es un muy buen libro. Que a m?s de uno lo sorprender?, como a mi me ha sorprendido, tanto por su contenido como por su forma de expresar lo que ah? aparece. Y sobre todo, rese?ar que he descubierto, aunque tarde (nunca es tarde si la dicha en buena, como alega alg?n antiguo refr?n), un escritor como es Manuel Rivas que visto su forma de narrar y contar, va a entrar a formar parte de ese grupo de escritores cuyos libros leer? de hoy en adelante. Recomendable a m?s no poder.
Внимание! Книга может содержать контент только для совершеннолетних. Для несовершеннолетних чтение данного контента СТРОГО ЗАПРЕЩЕНО! Если в книге присутствует наличие пропаганды ЛГБТ и другого, запрещенного контента - просьба написать на почту [email protected] для удаления материала
Pensé que todo iba a ser como antes. Cambiaría de destino, a Namibia o a donde fuese. Pero un día Luzdivina se me presentó con un espanto en los ojos. Traía su propia foto, rota en pedacitos y envuelta en un billete de francos malagays. Por lo visto, me había estado arreglando un pantalón y al descoser la bastilla se encontró con aquellos restos. Yo tenía el pecado escrito en la cara. ¿Qué iba a decir?
A los pocos días, se le descubrió la enfermedad, concluyó O'Mero. Mientras contaba su historia, había ido arrancando hojas del camelio.
La enfermedad no tiene nada que ver, le dije yo con firmeza para consolarlo. Nada. No es nada psíquico. No tiene relación en absoluto. Puede estar seguro.
¿Y yo qué hago si me pide un granizado de limón?, preguntó él de repente.
Dárselo. Déle todo lo que le pida.
Gracias, doctor.
He escuchado historias bastante más duras, pero, por alguna razón, el caso de O'Mero y Luzdivina me dejó muy afectado. Me encontraba destemplado y entré en un bar próximo para tomar algo caliente. Desde la ventana podía ver y oír el vals del mar. Me fijé en los pesqueros de vivos colores y pensé que no hay arquitectura humana más hermosa que la de los barcos. No sé por qué, pero se me ocurrió preguntarle al tabernero si había mucha gente de aquel lugar en Ma-dagascar.
Que yo sepa, nadie. Se han ido a muchos sitios, pero no a Madagascar.
Pero O'Mero estuvo allí, dije yo, aparentando familiaridad.
¿O'Mero? ¿Conoce usted a O'Mero? O'Mero se marea sólo con ver el mar. ¡No ha pisado ni un bote!
Lanzó una carcajada y luego dijo enigmático: Aquí es así, amigo. En tierra sólo quedamos los que no servimos para otra cosa.
[1] ¿Dónde has estado, que estás tan triste, hijo mío? / ¿Dónde has estado?
[2] Dos amores me sostienen la vida: / la patria y lo que adoro en mi hogar, / la familia y la tierra donde nací. / Sin estos dos amores no sé
[3] Que el mar también tiene mujeres, que el mar también tiene amores, está casado con la arena, le da cuantos besos quiere.
[4] Despierta y aviva, corazón / que tienes ante ti las flores de Saltón.
[5] «Las hojas secas caen al suelo», verso de una canción popular muy conocida en Galicia y Portugal, similar en el sentido a los versos de Jacques Prévert.
[6] No sé lo que me has dado / que no te puedo olvidar / de día en mi pensamiento / de noche en mi soñar.
[7] Teixeira de Pascoais, escritor portugués considerado como máximo representante del movimiento saudosista.
[8] De todos los amores el vuestro escojo: / mis damas giocondas… / Le temps s'en va! / Le temps s'en va!… (fragmento de un «Rondeau» de Alvaro Cunqueiro).
[9] ¡De lo mejor del país, / blanca camelia y flor de lis!
[10]¡Eh tú, reina de Galicia, / la que me matas, / emigrante gioconda, / vieira peregrina, / rosa del mar, / cuida de mi vida, amor / cuida de mi vida!
[11] En castellano en el original.
[12] En gallego, juego de palabras entre O'Mero («El Mero»), apodo del personaje, y el antropónimo homófono «Homero».
