Limpieza De Sangre
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Observó con calma a la mujer. Era cenceña, vulgar. Tenía una mocedad cansada, con cercos de fatiga que sólo cierta clase de vida imprime en torno a los ojos. Pardiez, que casi recordaba un poco a Caridad la Lebrijana. Miró el capitán el vino de la damajuana rota, que se extendía como sangre por las baldosas del suelo. Después inclinó la cabeza, desmontó con cuidado el perrillo de la pistola, y se la introdujo en el cinto. Lo hizo todo muy despacio, como si temiera olvidar algo, o estuviese pensando en otra cosa. Y luego, sin decir palabra ni volverse a mirar atrás, apartó suavemente a la mujer y salió de aquel cuarto que olía a soledad y a derrota; tan parecido al suyo propio, y a todos los lugares que él mismo había conocido a lo largo de su vida.
Empezó a reír cuando estuvo en la galería, y siguió haciéndolo mientras bajaba por las escaleras hasta la calle, abrochándose el fiador de la capa. Reía lo mismo que el propio Malatesta había reído una vez junto al Alcázar real, bajo la lluvia, cuando vino a despedirse de mí tras la aventura de los dos ingleses. Y su risa, igual que aquélla, siguió sonando tras él mucho después de que se hubiera ido.
EPÍLOGO
«Parece que la guerra se reaviva en Flandes, y los más oficiales y soldados que estaban en Madrid han tomado resolución de partirse a los ejércitos, viendo el poco despacho que aquí se hace, y la ocasión que allí hay de botines y beneficios. Cuatro días ha que fuese el Tercio Viejo de Cartagena con sus cajas y banderas; que como sin duda sabe vuestra merced, fue reformado después de aquel terrible diezmo que hubo hace dos años en la jornada de Fleurus. Casi toda es gente veterana, y se esperan grandes sucesos en las provincias rebeldes.
A otro propósito, ayer lunes fue muerto de modo misterioso el capellán de las adoratrices benitas, padre Juan Coroado. Era este sacerdote de conocida familia portuguesa, buen mozo, de gallarda planta y reconocida parola en el púlpito. Parece que estando a la puerta de su parroquia se le llegó un hombre joven embozado, y sin mediar palabra pasólo departe a parte con un estoque. Murmuran de galanteos, o venganzas. El matador no fue hallado.»
(De los Avisos de José Pellicer)
EXTRACTOS DE LAS FLORES DE POESÍA DE VARIOS INGENIOS DE ESTA CORTE.
IMPRESO DEL SIGLO XVII SIN PIE DE IMPRENTA
Conservado en la Sección «Condado de Guadalmedina» del Archivo y Biblioteca de los Duques del Nuevo Extremo (Sevilla).
DEL LICENCIADO SALVADOR CORTÉS Y CAMPOAMOR
AL CAPITAN ALATRISTE
Soneto
DEL CONDE DE GUADALMEDINA
A CIERTO CLÉRIGO SOLICITANTE MUY APLAUDIDO EN LA CORTE
Décima
DEL BENEFICIADO VILLASECA
CONTRA EL TENIENTE DE ALGUACILES MARTÍN SALDAÑA
Décima
ATRIBUIDO A DON FRANCISCO DE QUEVEDO
PONDERA EN LAS MOCEDADES
LA NECESIDAD DE LA PRUDENCIA
Soneto
Más que este grave emblema nos enseñe
APROBACIÓN
Mándame V. M. que informe sobre la licencia de impresión que pide Don Arturo Pérez-Reverte para un libro suyo intitulado Limpieza de Sangre, segunda entrega de las aventuras del Capitán Alatriste. Pudiera entrar muy por lo menudo en celebrar la dulzura de su estilo, el buen ritmo de sus cláusulas, la elocuencia de sus dicciones, lo bien trazado de la fábula, lo verosímil de su traza o lo provechoso del concepto, con otras subtíles moralidades, advertencias y desengaños que so capa de honesto solaz y gustoso divertimento en él se encierran; empero no diré más, sino que supera aquello de Horacio, de que aut prodesse volunt, aut delectare poetae, pues no sólo deleita, sino que también aprovecha, y ambas cosas en sumo grado, con lo que no cabe, a juicio del que subscribe, mayor ponderación. Y ello sin daño ni menoscabo de nuestra Sancta Fé Cathólica (sí no miran en ello gentes de medrosa conciencia), ni de las buenas costumbres. Y así, es mi parecer que se dé la licencia de impresión que solicita, con lo que quedará V. M. bien servido, el auctor contento y la república satisfecha.
Fecha en Zaragoza, y a treinta días del mes de junio, año de 1997.