El Tatuaje De La Concubina

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El Tatuaje De La Concubina
Название: El Tatuaje De La Concubina
Автор: Rowland Laura Joh
Дата добавления: 16 январь 2020
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El Tatuaje De La Concubina - читать бесплатно онлайн , автор Rowland Laura Joh

A punto de entregarse a los placeres y las comodidades de un matrimonio concertado con la joven y bella Reiko, Sano Ichiro es reclamado en el palacio imperial para descubrir al asesino de Harume, la concubina favorita del sog?n, que ha sido envenenada mientras se hac?a un tatuaje amoroso. Con la experiencia de sus veinte a?os de sosakan-sama -muy honorable investigador de sucesos, situaciones y personas-, Sano debe penetrar en el herm?tico y prohibido mundo de las mujeres del sog?n para intentar desenmara?ar la compleja trama de amantes y rivales de Harume, que se mueven como pez en el agua entre las intrigas y maquinaciones pol?ticas del Jap?n feudal. Y como si la investigaci?n no fuera de por s? complicada, Sano descubre con horror que su flamante esposa, supuestamente dulce y sumisa, es en realidad una aspirante a detective preclara y obstinada, con sorprendentes habilidades guerreras. Empe?ada en ayudar a su marido, las chispas que surgen entre ambos hacen de su floreciente amor algo tan emocionante como el misterio que rodea la muerte de Harume.

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– Nunca se lo dijiste a la policía -aventuró Sano.

El jefe de los eta se encogió de hombros con impotencia.

– Cuando Harume vio que me acercaba, gritó: «¡No, no!» Supe lo que quería decir. No podíamos permitir que nos vieran juntos y sospecharan que no éramos simples extraños que estaban por casualidad en el mismo sitio y al mismo tiempo. No podíamos permitir que la policía me preguntara lo que hacía allí o por qué quería inmiscuirme en algo que no era de mi incumbencia. Así que… -Su áspero suspiro expresaba la tragedia de un hombre al que le estaba vedado ayudar a su amada-. Me di la vuelta y me alejé. Ahora vivo con la certeza de que si hubiese informado de lo que vi, la policía podría haber atrapado a la asesina. Harume tal vez seguiría con vida -añadió con voz impasible-. Pero así son las cosas.

Sano se preguntaba cuántas veces al día luchaba por conseguir aquella aceptación imperturbable del destino.

– No puedo retroceder en el tiempo, ni cambiar el mundo. -Lo que me has contado me ayudará a poner al asesino de Harume ante la justicia -dijo Sano-. Tendrás la satisfacción de vengar su muerte de este modo.

A juzgar por el gesto de endurecimiento de la boca del eta y la desesperanza reflejada en sus ojos, Sano sabía que eso le servía de poco consuelo. Le dio las gracias y se levantó para partir.

– Os acompaño a la puerta del poblado -dijo Danzaemon.

Salieron de la casa, recogieron el caballo de Sano y atravesaron en silencio el poblado, con los lugartenientes de Danzaemon y Mura como escolta. En la puerta, el jefe de los eta hizo una reverencia de despedida. Después de un momento, Sano hizo lo mismo. Gracias a la pista que le había dado, Sano creía saber ya quién había matado a la dama Harume. Al emprender la marcha por el erial, se volvió para echarle una última mirada a Danzaemon.

Flanqueado por sus lugartenientes y por Mura, el jefe de los descastados se alzaba orgulloso ante el fétido poblado abarrotado por millares de personas, jóvenes y ancianas, que lo honraban y que dependían de él. De no ser por la desdicha de su baja cuna, ¡qué gran daimio habría sido! Era un pensamiento blasfemo, pero Sano se imaginaba con más facilidad a Danzaemon al frente de un ejército que a Tokugawa Tsunayoshi.

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