Sospecha
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Andy Fallon, un joven polic?a, ha aparecido desnudo y ahorcado. Seg?n todos los indicios, se ha suicidado o ha sido v?ctima de un juego er?tico, pero el detective Sam Kovac no termina de verlo claro. Se propone esclarecer los hechos, en parte, como un servicio al padre del joven muerto, un antiguo polic?a que tuvo que retirarse tras quedar inv?lido a consecuencia de un disparo, pero tambi?n porque sabe que hay personas que pod?an tener inter?s en la desaparici?n de Andy. Y es que el joven era de Asuntos Internos y adem?s homosexual, dos circunstancias que pueden producir antipat?as en determinadas personas, m?s a?n si tienen algo que ocultar. Para Kovac se trata de un terreno muy resbaladizo, en el que sin duda se va a encontrar con la hostilidad de muchos. Pero ?l es tozudo, cuenta con la ayuda de Nikki Liska, una entusiasta polic?a divorciada, y ama la verdad. Una verdad que emerger? en toda su sordidez y brutalidad.
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Capítulo 8
Han encontrado el cadáver.
Suicidio. Accidente. Tragedia.
La palabra «asesinato» no ha salido a colación siquiera.
¿Se trata en verdad de un asesinato cuando lo dicta la necesidad, cuando va acompañado de remordimiento?
Lo siento…
Crea cierta inquietud saber que otras personas se han enterado, aunque no sospechen. Era como si unos desconocidos invadieran lo que debería ser íntimo. Solo ellos dos habían compartido la intimidad de la muerte, mientras que sus postrimerías serían del dominio público.
Eso mancilla la experiencia.
Andy Fallon lo mira desde la fotografía. La última chispa de vida se extingue en sus ojos entornados, la lengua asoma entre los labios medio abiertos. La expresión parece adquirir una cualidad acusadora.
Lo siento…
Sosteniendo la fotografía con delicadeza, se la lleva a los labios y besa la máscara de la muerte.
Lo siento…
Pero al tiempo que pronuncia la disculpa, siente surgir la excitación.
